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Ciudadanía a cambio de inversión

Ciudadanía a cambio de inversión
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En un ecosistema global en el que prácticamente se puede comerciar de casi todo, la ciudadanía se ha convertido en otro elemento con el que los países quieren captar fortunas e inversiones. Existen multitud de países en todo el mundo que tienen programas de “visados de oro” con diferentes requisitos, uno de ellos España.

Esta forma de conseguir la ciudadanía de un país gracias a una inversión ha puesto en alerta a la Comisión Europea, que en un reciente informe ha advertido a los países miembros de los posibles riesgos que puede conllevar esta medida para la seguridad de la unión. Y es que puede ser utilizado para blanquear dinero si no se controla el origen del mismo.

Y es que si un ciudadano de fuera de la UE realiza una inversión en un estado miembro, por ejemplo en Chipre, estaría obteniendo la condición de ciudadano no solo chipriota, sino también europeo. De esta forma ese ciudadano podría vivir en cualquier país de la unión de manera legal y esto supone un riesgo para la seguridad de la misma, según la Comisión.

Pero, ¿cuál es el riesgo real de esta medida?

Desde Bruselas se denuncia que no existe un registro adecuado para los nuevos ingresos que entran en la unión a través de las inversiones que realizan estos “nuevos ciudadanos” europeos. Esto puede facilitar la entrada tanto de dinero ilícito como de mafias que comiencen a operar en suelo europeo.

La Comisión afirma que todos los países miembros deben tener derecho a saber quién es la persona que adquiere la ciudadanía a través de este método y si tiene algún tipo de vinculación con actividades delictivas. Dentro de la Unión Europea existen tres países que conceden la ciudadanía a cambio de una inversión cualquiera, mientras que sobrepase los 800.000 euros, que son Malta, Chipre y Bulgaria.

Pero existen hasta 20 países más, entre ellos España, que conceden la residencia permanente a extranjeros que realicen una inversión comprando una vivienda cuyo valor supere los 500.000 euros. Es por tanto un privilegio para personas adineradas que tiene tantos defensores como detractores.

¿Dónde surgieron este tipo de programas de ciudadanía para inversores?

Este tipo de programas lleva en vigor en muchos países de todo el mundo desde hace décadas. Ya en los años 80 entraron en funcionamiento en países como Canadá o San Cristóbal y Nieves y poco después, en los años 90, se sumaron países como Reino Unido y los Estados Unidos.

Los programas más habituales en su origen eran similares a los actuales: concesión de la ciudadanía a cambio de comprar propiedades o invertir en negocios del país. Pero lo cierto es que los países usaron esta medida para incrementar sus propios ingresos y algunos comenzaron a conceder la ciudadanía a cambio de una donación directa al propio gobierno del país.

El éxito de estos programas captando grandes fortunas e inversores ha estado detrás del gran crecimiento en el número de países que han comenzado a conceder la ciudadanía a ciudadanos extranjeros por este método. Tal ha sido el éxito en países como EE.UU. que ha habido años en los que incluso se ha agotado el máximo de visas para inmigrantes inversores, como ocurrió en el año 2014.

Recientemente se ha registrado una gran demanda de ciudadanos del Reino Unido que, preocupados por las futuras consecuencias del Brexit, están investigando en qué países europeos pueden obtener la ciudadanía para poder seguir siendo ciudadanos europeos y así moverse por toda la UE.

Obtener el pasaporte para viajar, uno de los principales motivos

Además de para conseguir la ciudadanía de otros países y la residencia legal en los mismos, también existen muchos inversores que encuentran en este método una oportunidad para conseguir algunos de los pasaportes más valiosos del mundo, como es el caso del alemán o del español.

Algunos inversores analizan qué pasaportes les permite viajar a un mayor número de países sin visado para disfrutar de una mayor libertad de movimiento por un mundo cada vez más globalizado. Inversores de países con pasaportes débiles encuentran en países como España o Alemania el lugar ideal en el que invertir para conseguir la ciudadanía y, por tanto, el pasaporte.

Muchas de estas fortunas cuentan con hasta 4 y 5 pasaportes diferentes fruto de sus inversiones en países que ofrecen el “visado de oro”. Y es que en países como Letonia se puede conseguir por apenas 50.000 dólares, aunque existen países que se venden más caro, como es el caso de Francia, que concede el estatus legal para vivir y trabajar en el país por al menos 10 millones de dólares.

Como se puede apreciar, la ciudadanía a cambio de inversión se ha convertido en una forma de poder vivir, trabajar e invertir de manera legal en multitud de países de todo el mundo.