Cómo Hablar en público y superar los miedos

Todos nosotros, en un momento u otro de nuestras vidas, tenemos la ocasión o la necesidad de hablar en público ya sea porque forma parte de nuestras actividades habituales (como, por ejemplo, los conferenciantes, los profesores, los abogados, etc.) o de manera ocasional (si tenemos que hacer un brindis en una boda, por ejemplo).
Para muchas personas esto de hablar en público es un problema porque:
- Sufren pánico escénico ya que hablar delante de muchas personas les intimida.
- Otros miedos, por ejemplo al rechazo o al fracaso.
- No se sienten capaces de desarrollar un tema de manera comprensible y ordenada para que sea accesible a su auditorio.
Todos estos problemas y miedos se pueden superar y todos somos perfectamente capaces de hablar en público.
El primer paso es hacerlo: quiero decir que para ser capaces de hablar en público debemos tener la experiencia de hablar en público, superar nuestros miedos y practicar.
A continuación, vamos a ver técnicas y consejos para que todo sea más fácil.
Ir con el tema preparado
Lo más importante de todo es tener perfectamente preparada la exposición, si nos ponemos delante de nuestro público y no tenemos las cosas muy claras es cuando esos miedos e inseguridades de que hablábamos al principio van a venir.
Nos referimos no solamente a los contenidos que vamos a transmitir, que también, sino al orden, esquema, forma en que vamos a hacerlo.
El secreto es tener un esquema muy sencillo y muy claro de la exposición, con pocas ideas básicas de lo que vamos a exponer. Este esquema no será solo de contenidos sino también de forma, como veremos más abajo.
En todo caso debemos tener muy claro cuales son los contenidos más importantes, qué queremos transmitir.
Ensayar
Conectado con el punto anterior, es muy útil ensayar la exposición que vamos a hacer.
En primer lugar no está de más ponerlo todo por escrito como ejercicio únicamente (en la exposición no vamos a leer nada salvo alguna nota), el escribirlo puede ayudarnos a ordenarlo y retenerlo así como nos va a obligar a hacer ese esquema de que hablábamos.
Además podemos ensayar la exposición, verbalmente, delante de un espejo o de un amigo tantas veces como sea necesario.
Otra opción sería grabar la exposición en audio o vídeo para ver cómo nos hemos desenvuelto y corregir determinadas cosas.
Todos estos ensayos se harán utilizando las palabras espontáneas que nos vengan en ese momento; no se trata de aprender un texto y repetirlo como un loro, se trata de exponer el tema de manera natural una y otra vez para aprender a hacerlo de manera fácil y sencilla.
Debemos prestar especial atención a ensayar el principio del discurso, ésto nos facilitará empezar a hablar y hará más sencillo continuar luego.
El lenguaje no verbal
Es muy importante lo que decimos y las palabras que utilizamos pero también es importante todo lo demás, la forma de decir y el contexto que creamos.
En cuanto a la forma de decir debemos tener una idea muy clara del ritmo, las respiraciones, hacer pausas (más o menos dramáticas) en determinados momentos, incluir alguna broma o chiste para relajar, el tono y la proyección de voz, etc.
El contexto también es importante, desde nuestra forma de vestir a nuestros gestos físicos, nuestra mirada, etc.
Desde luego es imprescindible que nuestra exposición en público transmita cierta energía, cierta pasión, debe notarse que el tema nos interesa o nos gusta.
Todo esto debe ser preparado y ensayado según hemos visto en los dos puntos anteriores.
Ejercicios y técnicas
Hay muchas cosas que podemos hacer para prepararnos.
En primer lugar estaría aprender de los mejores, es decir, ver cómo lo hacen oradores que nos parezcan buenos y nos gusten e intentar imitarlos en las cosas buenas que les vemos. Para esto, si no tenemos otros medios, podemos buscar en Youtube donde se encuentra de todo.
También podemos hacer ejercicios de respiración, dedicar todos los días uno o varios momentos a ser conscientes de cómo respiramos y a aprender a hacerlo de manera sosegada y relajada, adquiriendo un mayor control.
La vocalización no está de más, como la hacen los cantantes, con ejercicios con las vocales a diferentes tonos. Hay que tener en cuenta que en nuestra exposición debemos proyectar la voz para que se nos oiga bien por el auditorio e, incluso si tenemos micrófono, para conseguir transmitir esa energía de la que hablábamos antes.
También será útil buscar y hacer ejercicios de relajación.
Existen otras técnicas que pueden sernos útiles como decir trabalenguas con diferentes vocales (como los famosos tres tristes tigres…) o lo que nos haga falta; dicen que Demóstenes era tartamudo e hizo ejercicios de hablar con la boca llena de piedras hasta que consiguió superar ese defecto.