Opiniones encontradas
Boletín Nº25
Gracias a los avances tecnológicos y al fuerte desarrollo que, en este sentido, han experimentado tanto los medios de comunicación como las redes sociales, cualquier persona puede estar al día, en unos pocos minutos, de cualquier asunto que considere de interés o del que le surja cierta curiosidad.
Supongo que el sistema funcionará de forma similar en los países de nuestro entorno, a pesar de la clara diferencia de sensibilidad en ciertos matices que nos distinguen de nuestros vecinos de la Unión Europea. Aquí somos latinos y nos calentamos sin necesidad de sol que brille en el cielo azul de esta piel de toro.
Pero en algo en lo que somos potencia mundial es en la generación de controversias y en tensar la cuerda hasta límites insospechados. Y lo hacemos en cualquier materia por nimia que sea, incluso con la aparición por generación espontánea de expertos en cualquier materia por insólita que nos parezca.
Los asuntos económicos y tributarios que además nos tocan más que la fibra, el bolsillo o la cartera directamente, no están, ni mucho menos, ajenos a este tipo de conducta que además de generar polémicas estériles, permiten ocupar espacios en cualquier medio de comunicación, ya sea audiovisual o de otra índole.
Estar informados además de un derecho, es una obligación que tenemos si queremos poder emitir opiniones o juicios con el fin de manifestar si estamos o no de acuerdo con las decisiones que adoptan aquellos que intervienen tanto en nuestra vida económica como particular.
En nuestro afán informativo os comentamos brevemente, lo que se cuece en asuntos económicos y tributarios que consideramos de manifiesta importancia para el mundo de las pymes y los autónomos.
A vueltas con el SII
A pesar de ponerse en marcha en medio de un año fiscal, a pesar de la complejidad del sistema por su novedad y de las reiteradas protestas de determinados círculos empresariales, La Agencia Tributaria no retrasará la puesta en marcha del suministro inmediato de información (SII).
Este sistema entrará en vigor el próximo 1 de julio y se espera que lo deben aplicar unas 62.000 empresas españolas, para permitir gestionar el IVA de sus facturas de manera electrónica.
Durante el acto de presentación del resultado de la lucha contra el fraude en 2016, se puntualizó que no se retrasará la entrada de este sistema, ya que la Agencia Tributaria está en permanente contacto con las empresas y conoce su disposición para cualquier duda o problema que les pueda surgir. Además, afirmaron que están preparados desde el pasado mes de enero para la implementación de dicho sistema.
Aunque dichas fuentes señalan que la puesta en marcha de la gestión electrónica del IVA tiene un tripe objetivo: simplificar el cumplimiento ya que elimina la presentación de determinados modelos, reducir los costes con la automatización y mejorar el control fiscal, no es menos cierto que la aplicación de dichos sistemas a otras empresas de tamaño más reducido y que se encuentran en el REDEME (registro de devolución mensual), les ocasiona sobrecostes en materia de contabilización y gestión informática, que tendrán que asumir de manera inmediata.
Una muestra patente de la importancia del sistema que se pretende implantar, no radica en el control de estás grandes empresas que ya de por sí, excelentes cumplidoras de sus obligaciones tributarias, sino el enorme caudal de información sobre los cientos de miles de empresas y contribuyentes a cuyos datos tendrá acceso la AEAT gracias a la puesta en marcha del sistema.
Según la AEAT, "es buenísimo para el contribuyente cumplidor, para el otro ya le daremos el paliativo correspondiente". Sobran los comentarios sobre dicha afirmación.
Discrepancias en la presentación de los resultados de la lucha contra el fraude de 2016
Los técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) denuncian que el director de la AEAT, ha omitido alguna información relevante de los resultados de la lucha contra el fraude en 2016, y cifran en más de un 80% la evasión fiscal no detectada en el pasado ejercicio.
En una nota emitida por dichos técnicos, reclaman que se haga pública la información de los delitos fiscales denunciados, de las actuaciones de los ingresos en ejecutiva y de los ingresos de liquidaciones y actos de gestión recaudatoria, que históricamente reflejan el núcleo fundamental de los resultados económicos de la lucha contra el fraude, y que hasta este año siempre se han publicado.
Gestha teme que, tras esta omisión deliberada, se oculte el desplome de los delitos fiscales descubiertos por la AEAT en 2016, y señala que, en 2015, la AEAT tramitó únicamente 341 denuncias por esta causa, frente a los 793 expedientes de 2005, un 57% menos que en la última década, y lejos del récord de 1.014 delitos fiscales denunciados en 2011.
El sindicato señala cuatro causas que hacen más difícil descubrir fraudes superiores a 120.000 euros, cantidad a partir de la cual se configura el delito fiscal, como son la limitación de las competencias de los técnicos de Hacienda, que les impiden completar los delitos, simulaciones, conflictos o fraudes de ley que descubren, la orden de la AEAT de realizar básicamente investigaciones parciales, la amnistía fiscal de 2012 y la modificación del artículo 305 del Código Penal.
Está claro que la eficacia en la investigación de los defraudadores llamados de cuello blanco, es más complicada de lo que se piensa, y que la falta de más inspectores con especialización en estos delitos, lastra los resultados del trabajo de otros muchos técnicos.
También desde Gestha se denuncia que las inspecciones, el cobro en ejecutiva y la eficacia son tres aspectos claves en los resultados en la lucha contra el fraude que también han sido omitidos en dicho informe. Las investigaciones realizadas en 2015 fueron muy superiores a las de 2010, aunque la deuda defraudada fue menor.
La evolución de la deuda media en 2012, 2013 y 2014 muestra que la AEAT ha decidido reforzar la investigación de contribuyentes de escasos recursos (pequeñas empresas, autónomos y trabajadores), a los que se les descubren deudas de menor importe (que habitualmente pueden ser pagadas), decayendo a la vez la investigación del fraude sofisticado que cometen grandes empresas y multinacionales.
Por último, para determinar el grado de eficacia de la AEAT en la lucha contra la economía sumergida y la evasión, ve conveniente poner en relación los resultados totales de la AEAT con la evasión total. Según los técnicos, los resultados logrados por la AEAT apenas representaron el 20% de la evasión estimada entre 2012 a 2015, si bien reconocen una mejora respecto del cuatrienio anterior, que fue de poco más del 11%.
En 2016, los resultados de la AEAT llegaron solo al 15,7% de la evasión estimada del año, por lo que el 84,3% de la evasión no fue detectada, lo que revela un grado de ineficacia muy alto. Por segunda vez en 25 años, en 2016 la AEAT logró unos resultados peores que en el año anterior, al igual que sucedió en 2013 cuando fue nombrado el actual director de la AEAT, recuerda Gestha.
Para el sindicato, la "baja calidad" de las investigaciones provoca que casi la mitad de las liquidaciones sean anuladas por los tribunales, aunque la peor parte recae sobre las comunidades autónomas, a las que se anulan el 66% de las liquidaciones tributarias.
Conclusiones:
Hoy no tiraré del sabio y profundo refranero español, pero si del rico acerbo popular y de nuestra peculiar historia.
A finales del siglo XIX y principios del XX, España contaba con una singular artista del flamenco, llamada La Parrala. De origen onubense y de cuna humilde, como suele ocurrir en estos casos, impregnó muchos tablaos con su arte además de alimentar la polémica sobre sus pasiones más secretas. Muchos escritores y poetas de la generación del 27 escribieron sobre su vida y hasta la mítica Concha Piquer llevó su vida a la gran pantalla.
Queramos o no, al final con los temas de Hacienda, pasa casi igual que con La Parrala: “unos decían que sí, otros decían que no”, refiriéndose a la magnitud de su arte. Y en nuestro querido país, casi siempre pasa de la misma forma: casi nunca nos ponemos de acuerdo en casi nada.
Implantar políticas tributarias ecuánimes y equilibradas no es fácil, ni sencillo, y para eso, hace falta consenso de todos los implicados, o de casi todos, ya que el contribuyente nunca estará de acuerdo cuando le toquen el bolsillo.
Así que aportemos todos y busquemos vías de acuerdo y concordia, pero, sobre todo, persigamos el fraude. Si todos tributamos y además lo hacemos de forma correcta, a lo mejor tenemos que pagar menos, e incluso podremos tener más prestaciones sociales y de otra diversa índole.
Pero si sólo presumimos de defraudar más que el vecino y echarle el muerto a otro (que paguen los demás), damos una clara muestra de dónde proviene la falta de consenso que se traslada a todos los estamentos de nuestra llamada, sociedad de progreso. Y quien esté libre de pecado, que arroje la primera...