Confieso que no soy seguidor del famoso cantante alicantino, Camilo Sesto, que después de cosechar grandes éxitos en la década de los 70, ha vuelto a copar con sus canciones y letras pegadizas, si no las discotecas, si las verbenas y las celebraciones festivas de muchas localidades de la geografía patria. Ya se sabe que vale más algo malo conocido, que algo bueno por conocer.
En el asunto que hoy nos ocupa, el comienzo del estribillo de una de sus famosas canciones, me viene como anillo al dedo para reafirmar el estado en el que se encuentran miles de asesores y pymes españolas al conocer una nueva invención de nuestro querido Ministerio de Hacienda y por tanto de nuestra querida Agencia Tributaria: adelantar la presentación del modelo 347 (y de alguno más como el 184) al mes de enero, y simultanearlo durante el mes de enero con el resto de liquidaciones y declaraciones informativas que copan el calendario del contribuyente en el primer mes del año.
No querías caldo, pues toma tres tazas. Si ya de por si se afrontaba un mes intenso con las habituales liquidaciones trimestrales (o mensuales en su caso) a las que añadíamos los minuciosos y siempre más problemáticos, resúmenes informativos, ahora nos avisan de la incorporación al estresante mes del archiconocido y molesto (por muy diversos motivos), modelo 347.
Una vez que nos habíamos habituado a adelantarlo al mes de febrero, después de llevar toda la vida haciéndolo en el mes de marzo, Hacienda nos cambia de nuevo el paso y nos estruja en plazos de presentación y en volumen de trabajo, hasta límites inauditos.
Si el adelanto al mes de febrero del modelo 347 considerábamos que era positivo al permitir conciliar saldos y cerrar las contabilidades dentro de los plazos legalmente establecidos (en el caso de coincidencia del ejercicio fiscal con el natural como en el 99% de los casos) antes de adentrarnos en el primer trimestre del año, esta vez la inmensa mayoría de los afectados me temo que no estamos de acuerdo y no vislumbramos ninguna ventaja con este inesperado adelanto. ¿Por qué? Sobran los motivos:
La puesta en marcha del SII ha supuesto sobre el papel que un número aproximado de 60.000 contribuyentes que recaudan más del 80% del IVA que se genera en este país, suministren con detalle y sin demora todos los datos que la AEAT ha considerado oportuno, y entre ellos están los incluidos en los modelos 390 y 347. Si ello ha ocasionado un enorme aumento del control tributario que se ejercía sobre estos grandes recaudadores, por qué cargar ahora las tintas sobre los más pequeños y débiles que son los que peor están soportando la dichosa crisis económica.
Si lo que se esconde con la puesta en marcha de este nuevo adelanto en los plazos de presentación del modelo 347 es apretar las clavijas a los autónomos y las pymes, y aumentar la vía recaudatoria mediante requerimientos y comprobaciones fiscales, creo que se está errando el tiro y haciendo un flaco favor a los pequeños negocios incluidas las asesorías.
Si los márgenes comerciales ya de por si están apretados, cargar de más los trabajos administrativos o de asesoría a las pymes, y por tanto, los servicios que los asesores prestan, me parece un error de bulto que puede ocasionar, además de consecuencias funestas para dichas empresas, la generación de un malestar considerable hacía los políticos de turno que son los que adoptan dichas decisiones. Y amigos, las urnas casi siempre pasan factura, no solo del fraude y la corrupción sino también de una mala gestión y la adopción de medidas que a todas luces, no aportan nada a un calendario de obligaciones fiscales que ya de por sí, está más cargado de lo deseable.
Muchos de nuestros políticos, en especial aquellos que gestionan impuestos y temas empresariales, deberían conocer de primera mano el trato que en otros países se otorga a los emprendedores y empresarios que lo arriesgan todo por salir adelante con sus negocios. En muchos países son una especia protegida. Aquí sin embargo, por mucho que se legisle y prometa, son una especie en vía de extinción. Y esta es una muestra más de ello que intentaré tratar en profundidad, en próximos artículos.
Para terminar, no se olviden de cómo termina el estribillo de la canción: …y siempre se repite la misma historia….
No obstante, esperamos que impere la cordura y se retire esta propuesta antes de que sea demasiado tarde. Estaremos atentos a ello.
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