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A la tercera, va la vencida

A la tercera, va la vencida

Boletín Nº55

Recibimos el nuevo año 2020 casi con la misma incertidumbre que recibimos a sus antecesores, pero con la particularidad de que será la primera vez que gobierne en nuestro país un ejecutivo de coalición formado por partidos que aún no habían tenido la oportunidad hasta la presente, de presentar un plan de gobierno conjunto. Lo cual nos obliga a ser, cuando menos precavidos.

Después de meses de provisionalidad, sin lograr alcanzar acuerdos firmes sobre la gobernabilidad del país, se ha logrado alcanzar un pacto de gobierno, que habrá de trabajar en un escenario hostil, a tenor de los datos que se extraen del análisis de los principales indicadores.

Las medidas que se anuncian a priori no nos hacen ser muy optimistas en materia tributaria y aún menos en tema de empleo. Pero claro está, la capacidad de encaje, cual púgil tipo Rocky Balboa del español de a pie, incrementada aún más si se trata de un autónomo o un pequeño empresario, siempre se ha caracterizado por ser increíble, rayando en lo heroico.

El tiempo da y quita razones, aun cuando deja heridas de difícil cicatrización, motivo por el cual, siempre podremos analizar a toro pasado lo que aquí ocurra, sin olvidar, que cuando estas o similares medidas se implantaron anteriormente, fueron la antesala de  una de las crisis económicas más importantes del último siglo, y de la que todavía mucho no han levantado cabeza. Baste recordar la reestructuración brutal del sector bancario, la caída de la actividad promotora y constructora, la pérdida de poder adquisitivo generalizada (no sólo de los funcionarios públicos), la rebaja de las pensiones, sin olvidar el mayor déficit anual generado en nuestra historia, o el mayor nivel de prima de riesgo que se ha visto en nuestra deuda pública.

Si analizamos un poco en profundidad los muchos datos que nos proporcionan determinados colectivos económicos y sociales, podemos ver que el año 2019 no ha sido especialmente bueno en muchos aspectos: hemos crecido menos (por debajo del 2%), se ha frenado la reducción del paro y también, y de manera muy fuerte, la creación de empleo. Basta echar un simple vistazo a las cifras del colectivo autónomo, auténtico motor de nuestra economía para poder ver la tendencia que nos espera:

  • La reducción del paro en 2019 asciende a 38.692 personas. Es la quinta parte respecto al año pasado (210.484 personas), al tiempo que se han creado 180.000 empleos menos, lo que supone un tercio menos de creación de empleo.
  • Hay 384.373 afiliados más a la Seguridad Social lo que supone un repunte del 2%, el menos desde el año 2013. No se puede generar empleo sino crece la economía, de ahí nuestro nivel de paro superior al 14% a finales de 2019.
  • La creación de empleo se ha frenado ya que pasa de avanzar un 0,5% en el segundo trimestre a crecer un tímido 0,1% en el tercero. En términos interanuales crear 332.000 nuevos puestos cuanto a principios de año fueron casi 597.000 empleos. Pero lo más destacable del comportamiento del mercado laboral del tercer trimestre, el último con EPA, es que demuestra que la economía es capaz de crear 332.000 nuevos empleos netos creciendo menos del 2%, cuando con este avance del PIB ya se perdía empleo antes de la reforma laboral de 2012. También es significativo que las pérdidas de empleo se concentran en los sectores de más baja cualificación (agricultura, construcción…), precisamente los que al inicio de 2019 se habían beneficiado del incremento del salario mínimo un 22,3%, de 735,90 a 900 euros.
  • El colectivo de autónomos crece un 70% menos al subir en 14.425 personas en 2019 hasta un total de 3,26 millones, frente a los 49.986 autónomos más registrados en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) de 2018. Se dan de alta 39 nuevos autónomos cada día, frente a los 137 del año 2018.
  • Las mujeres protagonizan el crecimiento de autónomos con un incremento de 14.167 autónomas más en un año, hasta el 36% del total, y por sectores destaca en negativo la caída de la industria con una pérdida del 5,5% de sus autónomos, y del comercio, con una merma del 1,3% (10.069 autónomos menos). Cierra en positivo el año, entre otros, el sector de las actividades inmobiliarias (+5,2%) y las artísticas (+4,5%). Teniendo en cuenta el género, en 2019, el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) ha ganado 258 cotizantes varones y 14.167 autónomas, lo que supone un incremento de las emprendedoras del 1,2% en comparación con 2018.
  • Por comunidades autónomas destaca Andalucía, que termina el año 2019 suponiendo el 80% del crecimiento de autónomos al sumar 11.463 autónomos en 2019, si bien porcentualmente es Canarias la región que lidera el crecimiento con un incremento del 2,9% en 2019 (+3.580 autónomos).Por comunidades autónomas, un total de nueve comunidades han perdido autónomos este año, además de Ceuta y Melilla. Los descensos más acusados se han registrado en Aragón (-2,7%), La Rioja (-2%), Asturias (-1,4%), Castilla y León y Navarra (-1,3% en ambos). También se han registrado caídas de País Vasco y Galicia (-0,9%), Cantabria (-0,5%) y Cataluña (-0,3%). En Castilla-La Mancha se han perdido cinco autónomos con respecto al año pasado. Por el contrario, se han registrado subidas en Canarias (+2,9%), Andalucía (+2,2%), Baleares (+1,8%), Madrid (+1,4%), Murcia (+1,2%), Comunidad Valenciana (+1,1%) y Extremadura (+0,2%). Destaca el incremento registrado en Andalucía en términos absolutos (11.463), que supone el 79,4% del incremento nacional.
  • Por sectores, se han registrado caídas en industria, con una pérdida del 5,5%; comercio (-1,3%) y agricultura, que ha perdido 227 autónomos. Sin embargo, han cerrado el año registrando el mayor incremento del número de autónomos el sector de las actividades inmobiliarias (+5,2%) y artísticas (+4,5%).
  • El balance que deja 2019 es que la desaceleración, iniciada a principios de 2018, permanecerá a lo largo del año. El último dato del crecimiento del PIB conocido confirma que avanzó un 0,4% en el tercer trimestre, lo mismo que en el periodo precedente, pero crece una décima menos, un 1,9% en tasa anual, es decir, respecto al mismo periodo del año anterior. Los datos de Contabilidad Nacional sobre los meses de verano ponen de manifiesto que la contribución al crecimiento procede casi totalmente de la demanda interna (1,8 puntos), mientras que la exterior sólo aportó una décima, lo que pone de manifiesto la debilidad de nuestros socios comerciales, especialmente de la UE. En conjunto, durante los meses de verano mejoró el consumo y la inversión, en tanto que empeoraron las exportaciones
  • Se podría concluir que el balance económico de 2019 es de enfriamiento de la actividad pero muchos analistas consideran que la desaceleración habría tocado ya fondo y no cabe prever una agudización mucho mayor y menos un nueva recesión. Ello se sustenta en que la economía española, el sector privado y empresarial concretamente, ha realizado un titánico desapalancamiento financiero para salir de la brutal crisis de hace una década y una reconversión productiva hacia un patrón mucho más sano, lo que ha posibilitado que los salarios empiecen a ganar poder adquisitivo.
  • La inflación, al menos,  se ha mantenido controlada y cierra el año en un moderado 0,8%, cuando los sueldos pactados en convenios crecen un 2,3%. Por el contrario, el sector público ha ido en sentido opuesto, endeudándose cada vez más, apenas se ha reducido el gasto, se ha contratado más empleo público, el sistema de pensiones es ahora más insostenible y no se han hecho reformas.
  • Por primera vez en nuestra democracia, se cierra un año sin haberse aprobado ni una sola ley, sólo Reales Decretos.

Queda por tanto muy claro, diría cristalino, que la economía se mueve por ciclos y que la tendencia actual, está claramente a la baja.

¿Cuál puede ser la solución o pócima mágica a todos nuestros males endémicos? Difícil saberlo ya que no tenemos bola mágica, pero al menos, si podemos anticiparles lo que el nuevo ejecutivo planea en los ámbitos económico y social para los próximos años.

  • Abolir la reforma laboral y volver a incrementar el SMI son dos medidas estrellas del Gobierno que ya ha tomado posesión. A los ya mencionados efectos negativos en el empleo de una nueva subida del SMI hasta 1.200 euros y de una eliminación de la reforma laboral, el programa suma subidas de impuestos, nuevas trabas a las empresas y un control de precios de los alquileres.
  • Actualizar las pensiones con el IPC, fijar una tributación efectiva mínima del 15% a las grandes empresas, que se ampliaría hasta el 18% para las entidades financieras y empresas de hidrocarburos.
  • Asimismo, el tipo estatal sobre las rentas de capital se incrementará en cuatro puntos porcentuales para las ganancias superiores a los 150.000 euros y dos para los que ganen más de 130.000. La subida de las rentas muy altas pudiera parecer un brindis al sol, ya que poco aporta a las arcas públicas dado el escaso número de contribuyentes que se aloja en dichos escalones tributarios.
  • Todo ello sin contar un incremento sustancial y generalizado de la fiscalidad verde, de las cotizaciones de los autónomos (que quieren que paguen por sus ingresos declarados), la aplicación de un nuevo impuesto a las "grandes fortunas", la creación de la tasa Google a servicios digitales, la tasa Tobin sobre la compra de acciones españolas o la guerra declarada a Sicavs y Socimis.

El tema de la subida de los autónomos merece un comentario aparte ya que no podemos medir igual a un taxista que a un notario, respetando ambas profesiones. Pero lo que está claro es que si apretamos en ese sentido las cotizaciones, estamos echando a montones de humildes autónomos a la temida economía sumergida, con lo que ello conlleva de destrucción de puestos de trabajo (los suyos y los de sus pocos empleados) y la bajada de la recaudación tanto del IVA como del IRPF.

Como vemos claramente, se trata de buscar a toda costa incrementar la recaudación tributaria para hacer frente a esos miles de millones de euros que serán necesarios para poner en marcha todas las medidas consideradas por el nuevo ejecutivo.

Si los hombres de negro ya están de sobra preocupados por nuestra propensión a descuadrar todos los años nuestros presupuestos con desviaciones más o menos significativas, se tienen que estar todavía limpiando las gafas de asombro al comprobar cómo, no sólo vamos a incrementar nuestras partidas de gasto sin ingresos similares que sean lógicos y coherentes, sino que vamos endeudarnos muy por encima de nuestro PIB y que las consecuencias negativas de todas estas medidas sobre el empleo, la inversión, el ahorro, etc., comprometen la sostenibilidad del sistema público de pensiones y el equilibrio de las cuentas públicas, ya de por sí, bastante deterioradas por los efectos de la anterior y brutal crisis económica.

Así que esperemos que la cosa no se desmadre y las medidas que se apliquen, si al menos no contribuyen a mejorar la situación, que la dejen tal cual está que es la menos mala, aunque mucho me temo que nos van a apretar las clavijas para poder pagar la factura de todas las nuevas medidas. Ya saben que la desaceleración es un primer paso, al cual le sigue el estancamiento. Mejor no pensar en lo que viene ya que no es nada halagüeño en materia fiscal y laboral.

Les mantendremos puntualmente informados como siempre mes a mes.

Fuentes: ATA y AEAT.