Gravamen
A la hora de financiar el gasto público, el Estado se ve obligado a recaudar dinero a través de tributos impuestos a todos los ciudadanos. Para calcular la cantidad que un contribuyente debe pagar en materia de impuestos, a la base imponible se le debe aplicar el llamado gravamen, un concepto muy importante en materia fiscal, el cual desarrollaremos a continuación.
¿Qué es el gravamen?
Podemos definir el término gravamen como la carga u obligación fiscal que el Estado aplica sobre un bien o inmueble en concreto, gravando la riqueza o los ingresos obtenidos por los ciudadanos. Puede ser variable o fijo, como veremos más adelante, y tiene como función principal recaudar dinero para financiar el gasto público del Estado, que le permitirá invertir en infraestructura pública, educación, sanidad, defensa, etc.
El tipo de gravamen viene impuesto por las Administraciones Públicas, que tienen la autoridad para establecerlo (si el bien o servicio en cuestión todavía no está sometido a gravamen) o bien variar sus cuantías (cuando ya está sometido a gravamen). Todos los ciudadanos españoles están obligados a pagar los gravámenes establecidos por el Estado, ya que con ellos se financia el gasto que este realiza por y para la sociedad.
Aplicación del tipo de gravamen
La aplicación del tipo de gravamen en función de un determinado impuesto es muy sencilla (recordemos que es el propio estado el que marca las cuantías del gravamen, así que lo que calculamos es la cantidad de impuesto que se paga). Si utilizamos el IVA, cuyo tipo de gravamen general es del 21 %, simplemente tendríamos que aplicar ese porcentaje a la base imponible. Por ejemplo, al realizar una compra de 100 euros (base imponible) sujeta a IVA, le tendríamos que aplicar el 21 % a esa cantidad, quedando un importe final de 121 euros, de los cuales 21 corresponden al pago correspondiente del impuesto.
Tipos de gravamen
La Ley General Tributaria española, en su artículo 55, establece dos tipos de gravamen: específicos y porcentuales.
Tipos de gravamen específicos
Este tipo de gravamen es una cantidad fija aplicada a una base imponible no monetaria, normalmente relacionada con los Impuestos Especiales. Uno de los impuestos más conocidos en los que se aplica este tipo de gravamen es el Impuesto sobre Hidrocarburos, que se calcula realizando una suma entre el tipo estatal (para todo el país) y el tipo autonómico (cantidades diferentes en función de la comunidad). Estos tipos se pagan en función de la cantidad consumida, por ejemplo, 10 euros por cada 1000 litros consumidos.
Para verlo de manera clara, veamos un ejemplo en el que se calcula la cuantía pagada por un contribuyente valenciano que paga el Impuesto sobre Hidrocarburos. Imaginemos que el tipo estatal está establecido en 30 euros por cada 1000 litros y el autonómico, en Valencia, está en 20 euros por cada 1000 litros, y el contribuyente terminó con un consumo de 2000 litros. Para calcular la contribución, simplemente habría que multiplicar los 30 euros del tipo estatal por 2 (ya que paga 2 veces 1000 litros) y los 20 del tipo autonómico por 2, quedando una cuantía final de 100 euros (30x2 + 20x2).
Estos tipos de gravamen también se pueden expresar de forma gradual, estableciendo unas escalas a través de las cuales se determinan todas las contribuciones. Por seguir el mismo ejemplo (aunque no es el caso para este impuesto), se podrían establecer varios tramos como los siguientes:
- Para un consumo de entre 500 y 1000 euros, el tipo es de 15 euros.
- Para un consumo de entre 1000 y 1500 euros, el tipo es de 20 euros.
- Para un consumo de entre 1500 y 2000 euros, el tipo es de 25 euros.
Tipos de gravamen porcentuales
También llamados alícuotas, son tipos de gravamen aplicados sobre una base imponible monetaria, y existen tres tipos:
- Proporcional. Este tipo de gravamen es un simple porcentaje fijo, que se le aplica directamente a la base imponible, independientemente de la cuantía de la misma. Es el tipo de gravamen que siguen los impuestos más importantes en nuestro país, como el IVA (actualmente el tipo general es del 21 %), IRPF (tipo general del 15 %) o Impuesto sobre Sociedades (tipo general del 25 %).
- Progresivo. En estos casos, se establecen varios tramos en función de la cuantía de la base, aumentando el gravamen a medida que la base imponible vaya subiendo. Esto ocurre hasta una cantidad que se marca como límite, y a partir de la misma el impuesto se aplica de manera proporcional. El ejemplo más claro lo tenemos con el IRPF en España (19 % hasta 12.450 euros, 24 % hasta 20 200 euros, 30 % hasta 35 200 euros, 37 % hasta 60.000 euros y 45 % de tipo proporcional a partir de esa cantidad).
- Regresivo. Este tipo de porcentaje disminuye a medida que la base imponible aumenta, aunque no es algo que se vea de forma habitual (actualmente, en España, no existe ningún impuesto con un tipo de gravamen regresivo).
Todos los gobiernos tienen una decisión muy importante a la hora de decidir cuál es el tipo de gravamen que aplicarán sobre cada impuesto, ya que de ello dependen la recaudación anual de tributos y la capacidad de inversión y desarrollo en materia de gasto público.
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