por Software DELSOLCuando hablamos de sueldo, lo más habitual es confundir los términos salario bruto y salario neto. Es importante conocer la importancia y las diferencias, ya que la negociación de un sueldo podrá ser muy diferente según el término utilizado, ya que la cuantía será sensiblemente diferente.
El sueldo o salario neto hace referencia al importe exacto que recibe el trabajador en concepto de pago por los servicios realizados en un periodo de tiempo concreto. Es decir, la cuantía final tras realizar las correspondientes retenciones de IRPF y descuento de las cotizaciones de la Seguridad Social.
El sueldo neto es el concepto que suelen tener la mayoría de las personas cuando se habla de salario debido, principalmente, a que es lo que ven reflejado en su cuenta y lo que utilizan a la hora de cambiar de empleo o negociar un nuevo salario en la empresa actual. Sin embargo, hay que tener en cuenta a la hora de tomar este tipo de decisiones que realmente se esté hablando en todo momento del sueldo neto.
Como hemos visto, el salario neto es la cuantía que se percibe como pago por la prestación de los servicios de un trabajador. No obstante, los importes que aparecen en los convenios colectivos y los que suelen utilizarse en las negociaciones hacen referencia al salario bruto.
El salario bruto es el salario total indicado en la nómina, sin restar de él las cotizaciones a la Seguridad Social ni las retenciones. Por ello, el salario bruto siempre va a ser superior al salario neto que percibirá el trabajador.
El importe correspondiente al salario bruto es el utilizado como referencia para el cálculo de diferentes cuestiones como una indemnización por despido o la prestación por desempleo.
Para calcular el salario neto a partir del bruto habrá que calcular los diferentes conceptos que tendremos que descontar del primero para obtener el segundo.
Estos conceptos son las aportaciones en concepto de cotizaciones a la Seguridad Social y el porcentaje correspondiente a las retenciones para el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
Tanto la empresa como el trabajador están obligados a realizar pagos en concepto de cotización a la Seguridad Social.
La Seguridad Social a cargo de la empresa suele ascender a un 30 % del salario del trabajador aproximadamente.
Por su parte el trabajador aporta entre un 6 % y un 7 %, desglosado de la siguiente forma:
Por ejemplo, para un salario de 1500 € brutos al mes con un contrato indefinido, el importe de las cotizaciones a la Seguridad Social ascendería a 95,25 €.
La empresa tiene la obligación de realizar una retención al trabajador e ingresarlas en la Agencia Tributaria.
Esta cuantía dependerá de los ingresos que perciba el trabajador y de su situación familiar. Cuanto mayor sea el salario que se perciba, mayor será el porcentaje de retención que se aplicará.
La Agencia Tributaria establece de forma anual unos tramos a los que se les aplican los diferentes porcentajes. Además, ofrece una aplicación para realizar el cálculo del porcentaje que nos corresponde según nuestras circunstancias.
Cuando el trabajador realiza la declaración de la renta, la Agencia Tributaria comprueba si la cuantía retenida es mayor o menor a la que le correspondería y realiza la devolución o exige el pago de la diferencia.
En el caso del trabajador que cobra 1500 € brutos anuales, podría corresponderle hasta un 24 % de retención, aunque puede ser menor en función de sus características personales. En caso de que el porcentaje finalmente aplicado fuera un 10,5 %, las retenciones ascenderían a 157,50 €.
Por tanto, y siguiendo nuestro ejemplo, para un sueldo de 1500 € brutos anuales, el sueldo neto sería: 1500-95,25-157,50= 1247,25 €
Aunque habitualmente se hable de salario bruto o neto y se utilice el primero para las negociaciones y otros aspectos, es importante tener claro de qué tipo de sueldo se habla.
Como hemos visto, es muy importante no confundir el salario bruto y el neto pues ello puede conllevar importantes diferencias en una negociación salarial debido a que el salario bruto es la cuantía total y el neto es el importe que se recibe tras restar cotizaciones y retenciones.
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