Startup
Hablamos de startup como de una empresa emergente que se funda con un negocio innovador, que no está totalmente desarrollado por negocios precedentes.
Fundamentalmente suelen ser negocios de internet que integran desarrollos web, de páginas web u otras aplicaciones informáticas.
Por ello sus costes de arranque suelen ser mucho menores que en otro tipo de negocios y son empresas de capital-riesgo.
Su característica fundamental es que se apoya totalmente en plataformas digitales.
Surgen de una idea innovadora que tiene un mercado potencial muy grande y sus partícipes suelen ser personas jóvenes.
Empresas muy importantes del mundo virtual como Google, Yahoo, Twitter, Facebook y otras análogas comenzaron siendo startups para acabar por convertirse en lo que son ahora.
Sin embargo la creación de una startup no da garantía de éxito; la gran mayoría de ellas fracasan y mueren en plazos muy cortos desde su creación.
Su desarrollo económico y obtención de beneficios suele ser muy rápido, casi exponencial, y sus inversores normalmente consisten en pequeñas aportaciones de diversos tipos: aportaciones familiares, crowdfundig o fondos de inversión que realizan mucha en distintas startups.
Existe una relación muy cercana entre el empresario y el inversionista que suele ser de confianza.
Lo que no suelen utilizar son medios tradicionales de inversión como participaciones, préstamos, créditos, etc.
Su objetivo es conseguir un número suficiente de seguidores, inversores, clientes para obtener beneficios rápidos y poder reinvertirlos.
Cuando en este proceso alcanzan su “masa crítica” dejan de ser startups para convertirse en empresas tradicionales.
Es muy habitual que las startups no tengan un modelo de negocio definido, la empresa se crea con ciertas ideas y propósitos pero sin una estrategia completa.
También es habitual que sean adquiridas por otras empresas grandes y con éxito en su campo de actuación incluso antes de llegar a tener un modelo de negocio definido.
Existen plataformas y otro tipo de entidades, tanto públicas como privadas, creadas para prestar servicio a los emprendedores de las startups, no sólo en la forma de coworking que da la posibilidad de utilizar un lugar de trabajo con las herramientas y medios necesarios para desarrollar la actividad, sino también mediante otras empresas de servicios que nos dan también herramientas para cosas tan dispares como el desarrollo de un sitio web o el acceso a determinados mercados o a potenciales inversores u otros tipos de financiación además de todo tipo de servicios de asesoría y adquisición de know how.
El producto: Si tenemos un producto novedoso pero en una primera versión sin aplicación práctica nos imaginamos cómo desarrollarlo pero todavía no sabemos lo que va a querer el cliente potencial. Necesitamos validarlo y saber si es “escalable”.
Para ello lo que perseguimos es un producto mínimo viable porque, aunque necesitamos comenzar el negocio (porque la inacción cuesta dinero) no podemos ofrecer un producto medio diseñado sino que lo que vendemos tiene que cumplir unos mínimos.
Si ofrecemos un producto que no atraiga al público, es decir, si los posibles compradores no lo consideran atractivo no bueno, por mucho que después mejoremos el producto va a ser mucho más difícil relanzarlo y que lo aprecien.
Una buena campaña inicial de marketing puede ayudar mucho a determinado tipo de productos como aplicaciones web o juegos.
En todo caso debemos testar y tener una seguridad razonable de que el producto es bueno y va a “llegar” a los compradores potenciales.
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