El Diccionario de la Real Academia Española define inflación (en su vertiente económica) como Elevación del nivel general de precios.
Por lo tanto, existe inflación cuando la subida de los precios de bienes y servicios es generalizada.
En un país que funciona con economía de mercado los precios de productos y servicios fluctúan por diversos motivos.
Por su importancia relativa podemos considerar varios tipos de inflación:
Para que podamos hablar de una “subida generalizada” deberemos tener en cuenta factores como cuales son los productos más consumidos, qué productos son indispensables para los consumidores y qué otros son prescindibles y demás hábitos de consumo de las familias y empresas.
Para el control de la evolución de precios en un país existen instituciones públicas que realizan estudios estadísticos. Aquí en España este estudio lo realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE), organismo público con personalidad jurídica propia y dependiente del Ministerio de Economía.
El INE realiza, mensualmente, encuestas a empresas y consumidores y pública, como resultados de las mismas, la evolución del Índice de Precios al Consumo (IPC).
Para la realización de esta actividad se diseña y se mantiene actualizada una cesta de bienes; esto consiste en estudiar cuáles son los bienes que influyen más en el consumo de la gente por su volumen de consumo, por su necesidad y por otros factores, es decir, los bienes que se incluyen están ahí por la ponderación de su peso en el consumo.
La inflación se produce por dos tipos de fenómenos:
El resumen de todo es que la inflación se produce por un desequilibrio en los precios procedente, sobre todo, de un desequilibrio entre la oferta y la demanda de bienes y servicios.
Es una pérdida del valor adquisitivo de la moneda porque pierde valor por sí misma.
La causa más habitual es que el gobierno, como se dice vulgarmente, le dé a la máquina, es decir, que ante un escenario de déficit público que necesite financiar el gobierno, en lugar de subir impuestos o aumentar su endeudamiento se limite a imprimir más dinero, lo que aumenta la oferta de esa moneda sin una justificación contable razonable y, por lo tanto, le hace perder valor.
Esta pérdida de valor del dinero por falta de interés de los que lo tienen, hace que los agentes compren divisas (moneda extranjera) lo que va a provocar que el Banco Emisor tenga que comprarla y, si el tipo de cambio es fijo, pierda parte de sus reservas monetarias, lo que a su vez produce una pérdida del valor del dinero que emite.
Todo esto acaba produciendo la necesidad de una devaluación de la moneda y, por tanto, un aumento de precios.
Si el tipo de cambio es flexible el Banco Emisor no tiene que comprar la moneda a precio tasado y no perderá sus reservas, pero el resultado va a ser el mismo, el tipo de cambio de la moneda baja y el dinero pierde valor lo que nos vuelve a llevar a una subida de precios.
En este caso el aumento de precios se produce por un aumento de los costes de producción de los bienes o servicios afectados.
Una subida significativa de cualquiera de los costos de producción de un producto produce este efecto: hablamos, por ejemplo, de la mano de obra, las materias primas, la maquinaria necesaria, otros costes como el transporte o distribución o los aumentos fiscales.
Parte de este capítulo son, como hemos visto, los aumentos salariales. Si se producen dichos aumentos salariales sin una justificación en el aumento de la productividad de los trabajadores beneficiados se produce este tipo de presión inflacionista.
Se produce cuando el mercado no puede atender la demanda de consumidores y empresas o, dicho de otro modo, cuando los productos y servicios ofertados en el mercado no son suficientes para los que se reclaman.
Esto puede ocurrir por un aumento del consumo de las familias, una mayor demanda de las empresas o un mayor gasto del Estado cuando, en cualquiera de estos casos, la oferta en el mercado no alcanza para atenderlo.
Puede producirse por políticas económicas sobre los tipos de interés, por ejemplo, que estimulen el consumo.
El aumento de precios se produce por defectos en la estructura productiva del país que pueden producirlos y extenderlos hasta todo el tejido productivo nacional.
Se produce en una situación de inflación ya enquistada y en la que la misma inflación produce inflación en un círculo vicioso: el aumento de precios supone aumento de costes que suponen aumentos de precios y así sucesivamente.
Estos son los mecanismos de propagación de los que hablábamos antes.
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