Quizás una de las palabras más utilizadas en las sociedades actuales es obligación. Todos tenemos en mente lo que es una obligación en nuestro día a día. No obstante, la obligación como producto financiero es algo más complejo. Por ello, vamos a analizar qué es y qué características y ventajas tiene este producto, así como los tipos de obligaciones que existen.
La definición genérica de obligación hace referencia al compromiso entre dos o más personas por el que una de las partes tiene el deber de dar o realizar lo acordado, convirtiéndose en una relación con un comportamiento entre las partes previamente establecido.
Cuando hablamos de obligaciones financieras, estas son entendidas como las emisiones de deuda que habitualmente realizan las empresas o administraciones públicas, denominada en este segundo caso deuda pública. Estas obligaciones también suelen ser conocidas como bonos.
Cuando una persona física o jurídica compra esta deuda está prestando dinero al emisor de la misma, a cambio de la devolución del importe pagado más un interés previamente pactado. Siendo propietario de una obligación queda garantizado el cobro del importe pagado por ella en un periodo determinado, además de los intereses.
Las obligaciones se encuentran dentro de un mercado que está regulado y es muy competitivo, por lo tanto, son negociables. Esto es así debido a que existe una continua compra y venta de este tipo de productos financieros.
Para el emisor de la obligación, esta constituye una importante forma de financiación a largo plazo.
El tipo de obligación más conocida y habitual es la de renta fija y con fecha de vencimiento a largo plazo.
Todas las obligaciones tienen una serie de características en común, entre las que se encuentran las siguientes:
Este tipo de producto financiero puede ser clasificado atendiendo a diferentes criterios, como algunos de los que vamos a ver a continuación.
En este criterio se tiene en cuenta para la clasificación el tiempo de devolución del importe principal más los intereses generados. Así, se denominan bonos a corto plazo a aquellos que tienen un vencimiento inferior a 18 meses, a medio plazo los que su vencimiento está previsto entre 5 y 10 años y a largo plazo los que cuentan con un vencimiento superior a 10 años.
En algunos casos, el precio del valor nominal de la deuda y el precio que se paga por él, no coinciden. Esto es porque hay que pagar la prima de emisión.
Atendiendo a este criterio, encontramos obligaciones con y sin prima de emisión.
La característica de convertibilidad de un bono significa que, al vencimiento de éste, el propietario puede cambiarlo por acciones de la empresa emisora.
En función de si la obligación posee o no esta característica podemos hablar de bonos convertibles o no convertibles.
Este tipo de producto financiero lleva aparejada unas ventajas con respecto a otros similares.
Para el emisor de la deuda sus principales beneficios son:
Para el comprador de bonos, los aspectos más ventajosos son:
Es, por tanto, un producto financiero bastante interesante desde todos los puntos de vista.
De forma habitual los conceptos de obligación y bono se usan indistintamente, ya que el funcionamiento es similar y el término utilizado en inglés para todos es bono.
Sin embargo, se considera que los bonos corresponden a las deudas emitidas con vencimiento inferior a cinco años, mientras que las obligaciones son aquellas en las que el periodo de tiempo es superior a cinco años.
Como hemos visto en este artículo, una obligación es una emisión de deuda que realizan empresas y administraciones públicas, donde el que las compra presta dinero al emisor y recibe la devolución del importe más intereses en el periodo establecido. Constituye una buena forma de financiación a largo plazo, menos gravosa que los préstamos, y genera interesantes intereses al comprador.
Geolit, Parque Científico y Tecnológico
Edificio Software DELSOL · 23620
Mengíbar · Jaén
Centralita: 953 22 79 33
Comercial: 953 21 41 00