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Outsourcing financiero

por Software DELSOL

Con el término outsourcing nos referimos a lo que en castellano se ha llamado siempre externalización.

Todo tipo de empresas, tanto las grandes como las pequeñas y medianas, pueden externalizar cualquier faceta de su actividad productiva.

Y, al decir cualquier faceta, nos referimos a todo tipo de partes del proceso económico de la empresa, desde la producción de bienes o servicios, su comercialización y hasta la propia gestión y administración del negocio.

Sin embargo, se considera que no debe externalizarse la parte sustancial del negocio porque, de hacerlo así, no tendríamos empresa.

En realidad, cuando hablamos de outsourcing estamos hablando de una forma de sinergia o cooperación entre empresas: para gestionar una sección de nuestro negocio, desde la compra de determinada máquina hasta la creación de un departamento comercial, vamos a tener que realizar una inversión económica.

Es posible que esa inversión económica no sea lo más adecuado, que sus costes financieros no compensen el servicio que vamos a recibir o que el equipo o infraestructura que adquirimos sea algo excesivo para nuestras necesidades y vaya a ser infrautilizado.

En este caso podemos evitar invertir recursos a través del outsourcing, cubriendo nuestras necesidades productivas o de otro tipo a través de él con la colaboración de otra empresa externa que nos lo preste a cambio de nuestra contribución económica.

La asesoría externa

La situación más habitual para las PYMES en lo relativo al outsourcing es la gestión de sus obligaciones fiscales, sociales y mercantiles.

Existen asesorías fiscales, laborales y contables que prestan servicios a empresas que no tienen, así, que crear sus propios departamentos para cumplir este tipo de obligaciones.

Las empresas deben, sobre todo si son sociedades mercantiles, confeccionar una contabilidad según las normas previstas para ello y presentar unas cuentas anuales en el Registro Mercantil, así como llevar, debidamente legalizados, sus libros de contabilidad y otras obligaciones como confeccionar las actas obligatorias de las reuniones.

Para esto no basta con tener un equipo informático y un programa de contabilidad, es necesario que sea gestionado por un profesional que esté suficientemente preparado para ello.

Una empresa pequeña o mediana puede no tener recursos para contratar personal que le preste este servicio o no compensarle tener un trabajador a su cargo para ello, por lo que la solución ideal es contratar una empresa externa que lo haga.

Lo mismo sucede con la gestión de impuestos, confección de liquidaciones periódicas, altas, bajas y otro tipo de declaraciones como las informativas y con la documentación del personal asalariado, contratos, nóminas, seguros sociales, gestión de sus altas, bajas y demás incidencias; es necesario alguien preparado y con conocimientos adecuados y, en muchos casos, la mejor solución es contratar una asesoría externa.

La dirección financiera de una empresa

Como su nombre indica, la dirección financiera analiza, planifica y ejecuta las finanzas de nuestro negocio.

¿Para que sirve?: debemos conocer los recursos con los que podemos contar, propios o ajenos, para poder tomar decisiones además de otras informaciones como los costes que vamos a asumir (o no) y los riesgos que podemos correr.

La información con la que trabaja la dirección financiera procede de nuestra contabilidad que, además de servir para confeccionar impuestos, para que la pueda controlar Hacienda y para que su publicidad dé información sobre nosotros a terceros, también sirve (y es su función original y fundamental) para facilitarnos a nosotros mismos la información necesaria para gestionar nuestra empresa.

A partir de estos datos se realizará el análisis financiero que, realizado con las técnicas adecuadas, nos dará una información fundamental para saber cuales son las decisiones correctas en la gestión de nuestro negocio.

Dentro de este ámbito ha aparecido, hace pocos años, la figura del controller financiero que es un paso más allá de la dirección financiera.

El controller financiero no se limita a gestionar y analizar la parte financiera del negocio, sino que realiza un análisis global de todo el negocio con el fin de conseguir los mejores resultados posibles.

De esta manera es el controller financiero quién impulsa los cambios y hace que la empresa se adapte a las circunstancias económicas en las que se desenvuelve.

El Outsourcing financiero

La dirección financiera externa va a proporcionarnos el servicio de dirección financiera, del que acabamos de hablar, a través de la contratación de un profesional externo con los conocimientos y preparación necesarios para ello.

Como se deduce de todo lo dicho hasta ahora, la creación de un departamento de dirección financiera y la contratación, como trabajador, de un profesional con la preparación y conocimientos necesarios para este cometido puede ser algo que se escape de nuestras posibilidades o, incluso, aunque podamos asumirlo puede ser un gasto cuya contrapartida no va a ser suficiente para que se justifique.

Por lo tanto, la externalización del servicio es la solución, existen asesorías y profesionales freelance que podemos contratar para la prestación integral de este servicio o por horas o días y que van a darnos algo tan necesario como esto.

Por otro lado, puede ser hasta mejor que este servicio se nos preste desde fuera de la empresa ya que la visión de un profesional externo puede ser mucho más objetiva y estar mucho menos mediatizada que la que vamos a tener si los estudios financieros los hacemos nosotros mismos o personal que está a nuestro cargo, es decir, los condicionamientos personales y la objetividad de un tercero pueden darnos una información mucho más valiosa y fiable que la que podamos confeccionar nosotros mismos.

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