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Responsabilidad civil

por Software DELSOL

En la vida cotidiana, es posible que nos encontremos en situaciones en las que tengamos que responder, legalmente, frente a los daños que hayamos podido causar a terceros, o bien seamos nosotros los perjudicados y alguien nos tenga que indemnizar. Ya sea en situaciones laborales o comunes, la responsabilidad civil hace referencia a la obligación que tienen todas las personas de responder y pagar frente a los daños y perjuicios que cause a otra persona.

Normalmente hablamos de responsabilidad civil directa, que es la que se causa de una persona a otra, pero también existe la responsabilidad civil indirecta, en la que una persona responde frente a los daños que causa otra a un tercero (es el caso de padres, educadores, dueños de mascotas y tutores). De igual manera, existen determinados tipos de daños que deben ser compensados al presentarse la responsabilidad civil:

  • Daños patrimoniales (afectan a derechos o bienes).
  • Daños no patrimoniales (morales, que afectan a las emociones y sentimientos; y corporales, que afectan al físico).

Responsabilidad civil contractual

Como bien dice su nombre, este tipo de responsabilidad civil recoge todos los casos en los que se vulnera una obligación declarada voluntariamente, ya sea en un contrato o en una oferta bilateral. En función de la clase de obligación que estemos tratando, el incumplimiento tendrá determinadas condiciones:

  1. Si el contrato establece que el deudor debe actuar de manera prudente y diligente, tenemos una obligación de medios. En caso de que ocurra algún suceso que vulnere esta actuación por parte del deudor, la víctima tendrá que demandar y probar, de alguna manera, que actuó de manera negligente y/o imprudente a la hora de cumplir con sus obligaciones. Para visualizarlo con un ejemplo, los médicos tienen una obligación de medios al tratar a sus pacientes, ya que tienen la obligación no de sanarlos, sino de ofrecer sus conocimientos y habilidades al propio paciente.
  2. En el caso de que el contrato obligue a una persona física a realizar una acción (o abstención) en concreto, hablamos de una obligación de resultado. Un ejemplo de este tipo de obligación la podemos encontrar en los contratos de compraventa, el vendedor se ve obligado a entregar el producto y el comprador a pagar el precio acordado. En caso de que exista algún incumplimiento, la víctima debe demandar y probar que la otra parte no ha efectuado su obligación, la cual solo podrá justificarse en casos de fuerza mayor.

Si la obligación es de medios, es mucho más complicado para la víctima conseguir pruebas del incumplimiento, ya que debe demostrar que el demandado tuvo la posibilidad de haber actuado de manera diferente.

Responsabilidad civil extracontractual

Este tipo de responsabilidad civil ocurre cuando se causa un daño y perjuicio que no guarda relación con ninguna obligación contractual. Es un término mucho más amplio que el anterior, ya que abarca muchas situaciones que son habituales en la vida cotidiana. Veamos dos ejemplos bastante comunes en los que se da la responsabilidad civil extracontractual:

  1. Daños causados por objetos o mascotas del propietario. Por ejemplo, una persona se hace responsable de los daños que pueda causar en alguien la caída de una pelota que tiene en su azotea, al igual que las lesiones físicas que pueda realizar su mascota durante un paseo por la calle.
  2. Daños causados como consecuencia del desarrollo de actividades. En este tipo, lo más habitual es hacer referencia a los accidentes de tráfico, como por ejemplo un atropellamiento que se da a consecuencia de una conducción temeraria por parte del infractor.

Requisitos para que se genere responsabilidad civil

Para que la responsabilidad civil llegue a existir, deben cumplirse tres requisitos primordiales:

  • Que haya alguna acción u omisión.
  • Que esta acción u omisión provoque un daño a un tercero, el cual establece una relación de causalidad entre ambas partes implicadas.
  • Que, por parte del infractor, exista negligencia o culpa. Esto se origina cuando la persona no sigue las exigencias básicas de conducta (dolo), o cuando existe falta de voluntad a la hora de actuar frente a algo que estaba previsto (negligencia).

Situaciones en las que no se genera la responsabilidad civil

Existen algunos casos concretos en los que, pese a que causen daños y perjuicios a una tercera persona, no se genera responsabilidad civil:

  • Situaciones fortuitas. En ellas no se considera que haya culpa o negligencia, ya que son situaciones inevitables (por ejemplo, un accidente de tráfico causado por un desperfecto en la carretera).
  • Estado de necesidad. Son situaciones en las que se llega a causar cierto daño o perjuicio, pero con la finalidad de evitar un mal mayor, ya sea ajeno o propio.
  • Legítima defensa. Causar daño por defenderse de una agresión no genera responsabilidad civil.
  • Con consentimiento del perjudicado. En caso de que no se hayan provocado daños no patrimoniales, se puede exonerar la responsabilidad civil en estos casos.

En cualquiera de los casos mencionados anteriormente, exceptuando el último apartado, aparece la responsabilidad civil, donde el infractor se verá obligado a responder frente a los daños y perjuicios que haya causado, salvo que tenga una justificación para no hacerlo.

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