Tanto en el área de producción como en marketing, el subproducto es un concepto fundamental que ha ganado bastante importancia en los últimos años, dada la tendencia hacia lo ecológico y las economías circulares. Un subproducto es todo aquel bien que se obtiene de manera secundaria dentro del proceso productivo, es decir, que se consigue al mismo tiempo que el producto principal, pero tiene un valor de venta mucho menor que este.
En muchas ocasiones, este subproducto se consigue de manera imprevista, mientras que en otras se trata de un resultado inevitable de la producción o transformación de la materia prima necesaria para fabricar el producto original. En el área de producción es un bien importante porque permite conseguir un mayor número de ventas o reducir costes (aprovechando ese material para seguir produciendo).
En el mundo industrial, son muchos los subproductos que sirven a la propia empresa para ahorrar en costes, reincorporándose al propio proceso productivo, o bien para sacar un beneficio económico si los venden a otra compañía que esté interesada en ellos y les pueda sacar mejor partido.
Uno de los ejemplos más conocidos y aprovechados en todo el mundo es el aserrín o viruta que se desprende al trabajar con la madera. Este subproducto puede ser reutilizado por los propios productores para fabricar piezas de madera aglomerada, o bien ser vendido y destinado a diferentes lugares: para limpieza, como un lecho para los animales, como cobertura para el suelo en la jardinería…
En el campo de la alimentación, también es habitual escuchar sobre muchos subproductos que se obtienen, tanto en la carne como en los vegetales, y que son de gran utilidad para fabricar y procesar nuevos alimentos, gracias a sus interesantes características nutricionales. Uno de los ejemplos más comunes es el de la pulpa, sustancia que queda cuando extraemos el zumo a distintas frutas (tomates, naranjas, melocotones…), y que es utilizada en el sector de la alimentación como una fuente de fibra importante.
Es importante que no se confunda el término subproducto con el de residuos. Aunque pueden parecer, por definición, el mismo concepto, el primero se caracteriza por tener la capacidad de ser aprovechado o reutilizado dentro de un proceso productivo, mientras que el segundo carece de utilidad y debe ser desechado cuando se genere. Veamos todas las características de los subproductos:
Los subproductos siempre han formado parte de los procesos productivos, pero están ganando aún más importancia dada la tendencia a emplear economías circulares y la preocupación ambiental del sector empresarial en todo el planeta.
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