La balanza por cuenta corriente es un documento contable referido a los datos macroeconómicos, es decir, a la economía de la Nación.
Forma parte de la balanza de pagos del país, que está compuesta, en total, por tres secciones fundamentales:
Está recogida en cuatro grandes secciones:
Los datos de este indicador son siempre, como vemos, entradas y salidas de dinero de España hacia el extranjero y al revés.
El registro contable de estos datos se hace por partida doble por lo que el documento siempre debe estar cuadrado. El resultado aparecerá como tal en dicho documento con saldo positivo (al Debe) o negativo (al Haber), por explicarlo mejor es un tratamiento muy similar al que tiene la cuenta de resultados de una sociedad.
Como hemos dicho al principio, la información que nos proporciona es un dato macroeconómico por lo que su significado es relevante para la economía nacional y para orientar las políticas del gobierno, pero no afecta individualmente a las personas o empresas.
Si el saldo que nos da es positivo (hay superávit) esto significa que el País está obteniendo más ingresos de fuera de lo que gasta fuera, es decir, está recibiendo más dinero del que paga, así que la entrada de divisas al país será mayor que la salida.
Por ello que la balanza sea positiva es un buen dato porque da al país un margen de dinero para seguir comprando e invirtiendo fuera.
Pero cuando el saldo es negativo (hay déficit) es un verdadero problema, porque se está pagando en divisas fuera más de lo que se recibe y, por ello, no se tiene dinero suficiente para hacer esos pagos fuera del país y la única solución es el endeudamiento.
La deuda con el exterior, que puede ser deuda pública (del Estado) o deuda de las empresas y particulares (deuda privada) supone un problema porque, para empezar, antes o después habrá que pagarla y, además, produce unos costes financieros ya que hay, normalmente, que pagar intereses por esa deuda.
Por lo tanto los gobernantes deben tener en cuenta estos datos para implementar las políticas adecuadas: lo normal si hay déficit es que se fomente la exportación con medidas como ayudas públicas o rebajas fiscales y se dificulte la importación con imposición de aranceles (cuando se puede ya que suelen estar limitados por los convenios internacionales).
Si, por el contrario, hubiera superávit el gobierno tiene un mayor margen de maniobra; si lo hace bien puede aprovechar esa entrada adicional de dinero para aumentar el nivel de vida de su país.
Por ejemplo, un país que tiene recursos naturales importantes puede aprovechar esto para obtener ingresos del exterior y realizar inversiones que redunden en beneficio de su población, estamos pensando en el petróleo que los árabes han aprovechado para hacer inversiones y crear estructuras financieras que les sirvan cuando ya no puedan aprovecharse de él mientras que otros países, como Venezuela, no han sabido aprovechar esos ingresos y no ha servido para que su población viva mejor.
Aunque en los últimos años ha mejorado muchísimo, tradicionalmente en España la balanza de bienes y servicios es deficitaria (en ocasiones ha sido muy deficitaria), pero la sub balanza del turismo ha sido siempre muy positiva y ha compensado, en gran medida, ese déficit de las importaciones.
Por eso podemos decir que el turismo es una partida compensatoria del déficit comercial español.
Podemos consultar los datos concretos en la web del Banco de España así como en las publicaciones del Instituto Nacional de Estadística, entre otros.
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