Dentro de la cadena de distribución de bienes, existen varias fases consecutivas por las que todo producto tiene que pasar hasta llegar a su consumidor final. Una de ellas es el comercio al por mayor, actividad que engloba la compra y venta de productos en elevadas cantidades, excluyendo todas las ventas que los hagan llegar, de manera directa, al consumidor final.
El comercio al por mayor es uno de los eslabones intermedios de la cadena de distribución de bienes, y llamamos empresas mayoristas a las compañías que se encargan de llevarlo a cabo. Generalmente, se considera que estas empresas operan como intermediarias entre productores y comerciantes, y son negocios especializados en la distribución de bienes. Por ejemplo, un proveedor que se encarga de proveer a los supermercados e hipermercados de sus productos se considera una empresa que realiza comercio al por mayor.
Dentro del amplio mundo del comercio mayorista, podemos identificar distintos tipos de comercios en función de distintas variables. Sin embargo, destacaremos tres de las clasificaciones más importantes: en función de la tecnología de venta;
En función de la especialización de la actividad;
Y en función de la propiedad de los productos con los que comercian:
El comercio al por mayor siempre ha tenido una importancia elevadísima en la cadena distributiva, ya que enriquecen todo el proceso gracias a su especialización en el almacenamiento y distribución de materiales.
En la gran mayoría de las ocasiones, los comercios minoristas no tienen la capacidad ni los recursos necesarios como para almacenar grandes cantidades de productos, por lo que los mayoristas operan como un intermediario excelente entre productor y vendedor final.
Además, para las empresas que se dedican a la venta directa de productos y sus clientes están bastante dispersos geográficamente, realizar el comercio de esta manera les permite gestionar de manera eficaz las operaciones y ejecutarlas a gran escala.
Pese a que esto requiere de una planificación, preparación, estrategia e inversión bastante más elevada, se ha convertido en un modelo de comercio totalmente necesario en el mundo profesional actual, y que ha beneficiado tanto a productores como a vendedores y clientes.
El comercio mayorista compra y almacena grandes cantidades de bienes, para venderla después a otros negocios, siendo estos últimos, normalmente, los que realizan la venta al por menor. Los comercios minoristas sí venden esta mercancía a los consumidores finales, y lo hacen en cantidades mucho más pequeñas que los comercios mayoristas. Podemos encontrar varias diferencias significativas entre ambos tipos de comercio:
El comercio al por mayor es una pieza clave en la cadena de distribución actual, ya que gran parte de los negocios minoristas necesitan de un gran distribuidor al que comprarle los bienes que terminarán vendiendo en sus tiendas. Con sus sistemas de distribución y su amplia capacidad operativa, permiten que los productos lleguen a muchos consumidores finales de todo el planeta.
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