El término de proletario se hace popular a raíz de la teoría marxista y su lucha de clases entre obreros y burgueses, junto al manifiesto comunista del siglo XIX. Aunque lo cierto es que este concepto de proletario se viene utilizando desde la época romana para definir los estratos más bajos de la sociedad.
El proletariado es una clase social formada por aquellos trabajadores —proletarios— que realizaban sus actividades utilizando los recursos de otra persona —el empresario—, el cual recibe la mayor parte de los beneficios del trabajo realizado por el proletario.
El obrero únicamente recibe una remuneración económica a cambio del trabajo que ha llevado a cabo, pero todas las herramientas de producción necesarias para su trabajo son propiedad del empleador para el que realiza las actividades laborales.
Dado que el proletariado no dispone de recursos para tener sus propios medios de producción, se ve obligado a continuar trabajando para un empleador para tener un salario que le permita pagar sus facturas. Encontrándose de esta manera en una situación precaria y dependiente del empresario que lo contrata pues, por sí mismo, no tiene herramientas para cambiar la situación como individuo.
Aunque cuando se habla de proletarios suele venir a la mente la época industrial y los obreros de construcción y en fábricas, el proletariado no ejercen, exclusivamente, esa clase de empleos.
Por ejemplo, hay proletariado profesional muy cualificado que sigue cumpliendo con los requisitos para ser considerado proletariado, a pesar de que pueda estar recibiendo un salario considerable y digno actualmente.
Si atendemos a la definición previa del proletariado, nos encontramos con que los proletarios tienen las siguientes características como clase social:
Este último punto es una característica discutible, pues aunque en el pasado era así, en la actualidad el proletariado también puede poseer estudios avanzados pero seguirá siendo parte de esta clase social.
También hay que mencionar que, si bien tradicionalmente la clase obrera se enfoca en ciudades y zonas de industria, en la actualidad existe una presencia más repartida entre zonas rurales y urbanas, fundamentalmente debido al avance tecnológico y a la posibilidad de realizar actividades de forma remota o la aparición de nuevos empleos en zonas rurales (aunque sigue teniendo mucha más presencia en las ciudades).
Dentro de esta clase social, podemos hacer una clasificación interna atendiendo a su nivel formativo o a la zona en la que se encuentra realizando su trabajo.
El término de proletariado —una derivación del latín proletarĭus— aparece por primera vez en el Imperio romano para designar a los ciudadanos con la clase social más baja dentro de la estructura social de su época. Concretamente, los proletarios eran aquellos ciudadanos que no poseían ninguna propiedad y el Imperio romano los consideraba útiles solo para tener descendencia —prole— que convertir en soldados que aumentaran el poder del Imperio romano.
Llegado el siglo XIX, el proletariado cobró un especial protagonismo gracias a la Revolución Industrial. En esta época, la fuerza de trabajo obrera era el pilar básico para que las empresas pudieran expandirse y aumentar su producción en las cadenas de montaje.
Como consecuencia de este momento histórico, el proletariado se encontraba todavía más explotado que en el pasado. Esto llevó a que Marx plantease su teoría de la lucha de clases, y con ello le dio a los proletarios la conciencia de clase suficiente como para unirse y buscar defender sus derechos frente a la clase burguesa dominante.
A medida que los trabajadores podían educar a sus hijos para que consiguieran mejores trabajos, y la fuerza de los sindicados para obtener derechos y medidas más justas para toda la sociedad, la situación del proletariado comenzó a mejorar.
La aparición de nuevos tipos de trabajo en el sector servicios junto a las mejoras salariales, hicieron que el proletariado lograra alcanzar un mejor estatus y una mayor calidad de vida. Aunque en esencia, todavía se encuentra en una posición dependiente del empresario o empleador para quien trabaja a cambio de una remuneración económica.
Como se puede ver, la clase obrera siempre ha sido una parte esencial de nuestra sociedad. Mal tratada durante siglos, ha logrado hacerse respetar a medida que disponía de más educación y capacidad de agrupación para tener más influencia hasta el punto de lograr grandes avances en justicia social, pero siempre manteniendo la esencia de trabajar para otra persona con los medios de producción a su alcance.
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