Devaluación
La devaluación es la acción de devaluar que, según el Diccionario de la Real Academia, es “Rebajar el valor de una moneda o de otra cosa, depreciarla”.
La moneda afectada por una devaluación pierde parte de su valor en relación a otras monedas de otros países (a las que llamamos divisas) y, por tanto, la moneda devaluada tendrá un cambio más desventajoso respecto de esas divisas y podremos comprar menos.
Por ejemplo, si el Franco Suizo sufriera una devaluación la cantidad de Dólares o de Euros o de Libras Esterlinas que se podrán comprar con un franco suizo será menor después de tal devaluación y la cantidad de Francos que se podrán comprar con esas monedas mayor.
El dinero fiduciario
Desde el principio de la civilización, y en todas las culturas, el dinero consistía en monedas que estaban hechas de metales preciosos (oro, plata) y el valor de dichas monedas era el valor del metal que contenían.
Cuando no se disponía de metales preciosos suficientes para emitir monedas se creaba el dinero de vellón que consistía en monedas de cobre o bronce que contenían un pequeño porcentaje de plata (este dinero de vellón ya se empezó a utilizar en tiempos de la Grecia Clásica).
En Occidente a lo largo de la Edad Moderna (aunque en China ya había aparecido en el Siglo XI) aparece el dinero fiduciario: es dinero que emite un banco y que está respaldado por los depósitos o reservas que tiene el banco emisor.
Una moneda o billete de dinero fiduciario no tiene valor por sí mismo, no contiene metales preciosos. Su valor se lo da la sociedad por la confianza que puede dar el emisor que puede alardear de que tiene en sus manos oro, plata o divisas suficientes para mantener el valor de esa moneda o billete.
En la actualidad las divisas de cada país están emitidas y respaldadas por sendos bancos emisores que son entidades de Derecho Público que dependen de los estados (en nuestro caso el banco emisor es el Banco Central Europeo).
En conclusión: el valor de una moneda solo depende de la confianza que tenga todo el mundo en la capacidad de respaldarla por el estado que la ha emitido (a través de su Banco Central).
Cotización de divisas
Las divisas, monedas emitidas por cada estado, pueden ser:
- Convertibles: están en el mercado y se pueden comprar y vender según su cambio sin restricciones. En el mundo sólo hay once divisas convertibles.
- No convertibles: su cambio depende de su relación con otra divisa convertible y su compra y venta está sujeta a determinadas limitaciones.
Las divisas convertibles tienen el valor que le da el mercado de divisas, dependiendo de la confianza en esa moneda y de otros factores como la necesidad de utilizarla el valor de cada divisa sube o baja, existiendo un mercado continuo de divisas que cotizan, día a día, en él.
Siendo un mercado, el valor de cotización depende, como es lógico, de la oferta y la demanda por lo que influirán en el valor de cada moneda factores como los indicadores económicos del país (su crecimiento, su producto interior bruto, su nivel de empleo, su productividad y otros muchos) y también el comportamiento de su banco emisor que va a fijar los tipos de interés que se van a pagar, de referencia, en esa moneda haciéndola más o menos interesante para inversores nacionales y extranjeros y que puede, además, comprar y vender su propia moneda para intervenir en su tipo de cambio en el mercado.
El mercado, por lo tanto, influye en el valor de la moneda, pero haciéndola revalorizarse o depreciarse: el mercado no devalúa, en todo caso deprecia que no es lo mismo.
A la pérdida de valor de una moneda (su depreciación) a lo largo del tiempo le llamamos inflación y se suele producir en todas las monedas que, inevitablemente, van depreciándose poco a poco.
La devaluación
La devaluación es una operación financiera expresa, que realiza la autoridad monetaria responsable de esa moneda, y que consiste en reducir el valor de esa moneda frente a las demás divisas; por lo tanto, a partir de la devaluación serán necesarias más unidades de esa moneda para la compra de divisas extranjeras.
Con la devaluación las divisas extranjeras se revalorizan frente a la moneda afectada por lo que los productos y servicios que ofrece ese país son más baratos para compradores extranjeros (que van a necesitar utilizar menos divisas para comprarlos); por ello una devaluación favorece las exportaciones y hace disminuir las importaciones (ya que los productos extranjeros también serán más caros comprados en moneda devaluada); por ello la devaluación mejora la balanza comercial.
Esta mejora de la balanza comercial también supone aumentar el consumo interno, los ciudadanos de ese país van a comprar más productos y servicios producidos dentro del país.
Una diferencia importante entre devaluación y depreciación es que con la devaluación los productos y servicios nacionales que se compran van a ser automáticamente más caros (suben los precios nacionales) mientras que con la devaluación este efecto se acabará produciendo también pero no es automático.
Un efecto negativo de la devaluación es que es un impuesto aunque no lo parezca: todas las personas que tienen dinero en la moneda devaluada pierden una parte de ese dinero (ya lo tengan en su bolsillo, en un depósito bancario de cualquier tipo, debajo de un ladrillo o invertido en activos financieros de esa moneda); si uno tiene 100 unidades monetarias y la moneda se devalúa, por ejemplo, un 10% sigue teniendo 100 unidades monetarias pero su valor será el equivalente a 90 unidades al precio anterior, por lo que ha perdido un porcentaje de su patrimonio.
Por otro lado, la devaluación da una imagen espantosa de la economía y de la moneda que se devalúa (sobre todo si se acude a ella de manera recurrente) por lo que los inversores no van a querer invertir en dicha moneda teniendo, por ello, efectos inflacionistas.
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