En microeconomía y, especialmente en la teoría del consumidor, cuando hablamos de efecto renta y efecto sustitución nos referimos a dos efectos relacionados con la variación en el comportamiento de los consumidores y que influyen en el cambio de elección en los bienes cuando estos cambian de precio. Es decir, cuando un bien cambia de precio al alza o a la baja, los productos que elige el consumidor varían, en cantidad o en tipología, siendo la cesta de la compra resultante diferente.
El efecto sustitución sucede cuando el precio de un bien o servicio se modifica mientras que el precio de otros bienes no varía y la renta real permanece igual. Esto produce un cambio en la cantidad demandada de este bien o servicio. Hay dos formas diferentes de interpretar el significado de renta constante:
Por tanto, la cesta de compra del consumidor se vería modificada en función del precio del bien modificado, siempre que el resto se mantengan constantes, siendo sustituido por otros en caso de que su precio subiera.
Un claro ejemplo del efecto sustitución son las entradas de cine. Si modifican el precio al alza de una película concreta o en un horario o cine determinado, podría sustituir esas entradas por otras de otro horario, día o incluso ir a ver otra película.
En cambio, si bajan el precio de una determinada sesión, como el día del espectador o la fiesta del cine, habría un aumento de la demanda de esos días u horarios en detrimento del resto de sesiones.
Por su parte, el efecto renta, conocido también como efecto ingreso, también hace referencia al cambio en el poder adquisitivo del consumidor, al alza o a la baja, en respuesta a la cantidad demandada de un bien o servicio. Además de este cambio también influye en el efecto renta el cambio en el precio de un determinado producto.
Al modificar el precio de un bien concreto, el poder adquisitivo del consumidor se modifica en relación con esta modificación.
Si el precio del bien aumenta, el poder adquisitivo disminuye, ya que, con el mismo nivel de ingresos, podrá adquirir menor cantidad del producto o servicio. Además tendrá menos recursos para comprar otros bienes diferentes.
En cambio, si el precio disminuye ocurre lo contrario, aumentando el poder adquisitivo y la capacidad de comprar más cantidad de ese bien o servicio o de otros bienes diferentes.
Por tanto, el efecto renta o efecto ingreso corresponde a la variación en la cantidad demandada de un bien o servicio como resultado de la variación en el poder adquisitivo generado por una modificación del precio de un bien determinado.
El efecto renta se puede clasificar en tres tipos dependiendo de la relación entre el bien y la renta:
Si nos imaginamos que toda la renta de un individuo está destinada a la compra de dos bienes únicamente, por ejemplo lechuga y coliflor, y disminuye el precio de la coliflor, continuando la renta y el precio de las lechugas igual, el consumidor se beneficiará de un aumento de su renta real, ya que podrá comprar la misma cantidad de coliflor y lechuga, pero le sobrará dinero. Es decir, su capacidad adquisitiva habrá aumentado. Si el precio aumentara, ocurriría justamente lo contrario, la capacidad adquisitiva del consumidor se vería reducida.
Los efectos renta y sustitución son de efectos de la microeconomía que están relacionados con el comportamiento del consumidor frente a la variación de los precios de un determinado producto. En el efecto sustitución la subida o bajada de precio de un producto hará que el individuo opte por otro más barato. En cambio, en el efecto renta, el cambio en el precio influirá en la capacidad adquisitiva del consumidor y, por tanto, en la cantidad de productos que podrá adquirir.
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