El término equilibrio hace referencia a un concepto de “armonía entre elementos” dentro de un determinado sistema en multitud de disciplinas. En ciencias económicas y en el ámbito de la administración empresarial y el cálculo contable, este equilibrio depende del balance de fuerzas opuestas que se suman o contrarrestan en función de un conjunto de variables muy diferentes entre sí.
Si bien se puede hablar de equilibrio desde la antigüedad hasta nuestros días, existen ciertos ámbitos en los que el término cobra una importancia mayor. Este es el caso de la economía, en la que los equilibrios se utilizan para realizar análisis, proyecciones y conocer el comportamiento de los agentes y variables involucrados en los distintos niveles productivos y comerciales.
La existencia de fuerzas económicas —aunque no exclusivamente, puesto que puede tratarse de fuerzas sociales, políticas o ambientales— condiciona el funcionamiento del mercado. Las magnitudes de la oferta y la demanda, por ejemplo, se condicionan mutuamente a lo largo de un eje temporal continuo que, en lo fundamental, produce ciertos resultados que pueden ser observados.
En lo que respecta al análisis de racional de la economía como conjunto, las decisiones y fuerzas que se desarrollan en su interior solo pueden funcionar unas en detrimento de otras, lo que necesariamente determina el resultado de los subsistemas que se encuentran en interacción; por ejemplo, la caída en el consumo de un determinado producto tendrá una inferencia en el proceso de su producción —y viceversa—.
En relación con las ciencias económicas, de marketing y administración de empresas se pueden distinguir distintos usos del concepto de equilibrio.
Se trata de un estado ideal en el que la oferta de un determinado tipo de producto, en un determinado momento, es igual a la demanda existente por dicho producto. Este es el tipo de equilibrio más extendido en el ámbito de la economía.
Se trata de un valor que se fija cuando se encuentra un equilibrio entre el costo de producir una determinada cantidad de productos y la cantidad de productos que deben venderse para recuperar dicho costo y comenzar a ganar dinero.
Sin embargo, existen también otros usos para este término dentro de esta disciplina:
Se trata de un equilibrio en el que tanto la oferta como la demanda por un determinado bien son iguales y se anulan mutuamente, por lo que todos los consumidores pueden adquirir dicho bien en condiciones idóneas mientras que los productores pueden agotar sus existencias sin excedentes o faltantes.
En este caso, la oferta y la demanda son dos fuerzas o magnitudes que se anulan mutuamente, lo que produce efectos apreciables en un determinado mercado y en la economía en general. Este fenómeno influye también en las mismas variables involucradas en el desempeño del mercado estudiado; los precios, los sueldos, la disponibilidad y los costos de producción son solo algunas de estas variables, en concomitancia con la presencia de agentes económicos como empresas y organismos públicos.
El punto de equilibrio se utiliza en el ámbito de la administración y el marketing para determinar el punto en que las ventas de un determinado producto amortizan sus costos y la empresa comienza a percibir una ganancia. En otras palabras, los ingresos totales son iguales a los costos totales —ambas fuerzas se encuentran en equilibrio—.
Para conocer este punto, se realiza un cálculo que consta de los siguientes pasos y que involucra las siguientes variables:
(Precio × U) – (Cvu × U) – CF = 0
*El resultado es la cantidad de unidades en que los costos igualan los ingresos
Las fuerzas económicas se traducen siempre como variables matemáticas para ser evaluadas, pero en la realidad dependen siempre de la actividad humana y de una multitud de factores de índole muy variable. El equilibrio es un método de análisis que se utiliza para evaluar qué condiciones son las ideales.
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