Hablamos de oligarquía cuando existe un sistema político (en forma de gobierno) donde el poder o competencias recae en un pequeño número de personas generalmente de la misma clase social, sector o grupo económico y/o político.
Este tipo de agrupaciones va totalmente en contra de los principios de la meritocracia (un gobierno de los mejores que se basa en el mérito individual), puesto que esta clase dirigente buscará satisfacer los intereses o privilegios del grupo al que pertenecen.
En estas condiciones, la oligarquía colaborará directamente con una sociedad ciertamente estamentada donde siempre haya un grupo social (relativo a los dirigentes) claramente más favorecido que otros. Por ello, la gran mayoría de estructuras oligárquicas lo están en forma de dictadura (oligarquía tiránica).
Este concepto proviene del griego (oligarchía) que significa "gobernar pocos". Lo que en resumen podríamos traducir como "la gobernanza de unos pocos". Este tipo de sistemas no son muy habituales en la actualidad y tuvieron mucho auge en la Antigua Grecia. En cualquier caso, en la actualidad, se pueden encontrar diferentes países con sistemas oligárquicos en el continente africano.
Como hemos aclarado, una oligarquía no siempre adopta forma de gobierno o institución pública, sino que puede hacerse mediante fuerzas de presión que se respeten por sus distintas condiciones (sociales, culturales, económicas...). En cualquier caso, siempre velarán por sus propios intereses.
Las oligarquías pueden diferenciarse en los siguientes tipos:
Anteriormente, hemos sostenido que en algunos casos la oligarquía adopta forma de dictadura. En cualquier caso, aunque evidentemente comparte muchos rasgos, tienen algunas diferencias. Es importante tener claro que no son lo mismo.
La dictadura es un sistema político donde el control del Estado recae en una sola persona (que sería el dictador). Sin embargo, la oligarquía puede tener, o no, el poder en los estamentos políticos, pero, además, su poder está compartido en varias personas con unos mismos intereses en común.
Podríamos decir que en relación con la obtención de los objetivos, en algunos casos, se podrían asemejar a prácticas dictatoriales. Sin embargo, la toma de decisiones (y el poder), aunque unificada, recae en varias personas.
En la oligarquía, se acaban anteponiendo los intereses de unos pocos dirigentes en lugar de buscar el beneficio común para la totalidad de la ciudadanía. Este tipo de prácticas, a menudo, conllevan un gran desencanto en la población y acaban desencadenando revueltas que derroquen al sistema tiránico.
En cualquier caso, los inconvenientes más usuales de este tipo de sistemas son:
La oligarquía es un sistema social, económico y político que acumula el poder y el control en un grupo de personas que comparten clase socioeconómica y que, además, tienen los mismos intereses. Comparte características con la dictadura y conlleva una serie de inconvenientes muy contraproducentes para el conjunto del país.
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