El precio es la cantidad de dinero que es necesaria para la compra o adquisición de un bien o servicio.
Para hablar del precio lo primero que debemos hacer es diferenciar estos tres conceptos que, aunque están estrechamente relacionados, no son lo mismo.
El costo es la cantidad de dinero que es necesaria para la producción u obtención de un producto o servicio, es decir, cuánto tenemos que invertir para conseguirlo.
El valor es un concepto subjetivo del comprador, cuando vale para él ese producto o servicio y, por tanto, cuánto estaría dispuesto a pagar por él.
El precio es la cantidad fijada para su adquisición.
Aunque la diferenciación de estos tres conceptos parece clara hay que hacer muchas matizaciones:
En primer lugar, el beneficio de la empresa en la venta es la diferencia entre el costo y el precio, si una cosa nos cuesta 10 y la vendemos por 12 tendremos un beneficio bruto de 2.
Por otro lado, es verdad que el valor es el que deciden los compradores que sea, pero no es una cantidad fija e inmutable ya que va a depender de muchos factores como la escasez del producto, los precios de la competencia en productos iguales o sustitutivos y determinadas condiciones económicas y sociales (como la zona o barrio, el tipo de comercio, etc.).
Existen dos formas, fundamentalmente, de fijar el precio de algo que son:
Los dos conceptos se dan en un mercado que fija los precios de manera libre.
La elasticidad de la demanda es una curva donde se describe la cantidad de producto o servicio que los consumidores están dispuestos a comprar a un precio determinado: cuanto menor sea el precio más cantidad se va a vender y viceversa por lo que es una curva que comienza por arriba a la izquierda y termina por abajo a la derecha.
La elasticidad de la oferta es otra curva que describe la cantidad de producto o servicio que las empresas (o una empresa determinada) están dispuestas a ofrecer a un precio determinado, comienza cubriendo los costos de obtención y se ofrecerá mayor cantidad cuando mayor sea el precio.
El lugar donde se encuentran la curva de elasticidad de la oferta y la de elasticidad de la demanda se llama punto de equilibrio que es el precio donde coinciden las cantidades que los consumidores comprarán y las empresas venderán.
Todo lo que acabamos de exponer es así pero debe ser matizado: es verdad que existe un precio fijado en el que coincide la cantidad de producto ofertado y demandado, pero también es posible que una empresa esté dispuesta a vender más abaratando precios por debajo de ese punto de equilibrio o le compense vender menos cantidad a mayores precios, es lo que llamamos políticas de precios que son estrategias diferentes que pueden seguir las empresas (hablamos de ello en el punto siguiente).
También es posible que se produzcan variaciones en estas curvas de elasticidad, sobre todo la de la demanda, al aparecer competencia en la oferta de los mismo bienes o servicios o aparecer bienes sustitutivos que hagan menos interesante la demanda de ese bien o servicio: por ejemplo, si se crea una nueva infraestructura de transporte público (una línea de metro) disminuirá el interés por comprar gasolina de coches si la gente puede ir cómodamente en transporte público. En definitiva, todo es matizable y debe ser estudiado en su contexto.
No debemos olvidar que la empresa tiene margen para bajar precios hasta el precio de su costo, puede querer vender más cantidad a menor precio por diferentes motivos, por ejemplo para perjudicar a su competencia o para posicionarse mejor en el mercado durante un tiempo o para promocionar otro producto relacionado con ese o, sencillamente, para eliminar stocks que tengan en exceso.
También puede vender más caro del punto de equilibrio por diversos motivos:
En cualquier caso la fijación de precios teniendo en cuenta las curvas de elasticidad y los demás factores es uno de los capítulos más importantes en la dirección y gestión del negocio y debe ser realizado con una estrategia concreta persiguiendo, siempre, unos fines determinados para la organización.
No podemos terminar este artículo sin hablar, aunque sea brevemente, de la inflación.
Es un concepto macroeconómico que estudia la variación, al alza, de los precios en una economía y que se determina por organismos de estudios estadísticos a partir de una bolsa de productos creada para tal fin.
Los precios van subiendo de año en año y la moneda se va depreciando, pero también van subiendo los costes y, sobre todo, los salarios de los trabajadores por lo que en condiciones normales el poder adquisitivo de los consumidores se mantendrá: los precios suben en euros pero los ingresos también suben y la cantidad proporcional de dicho ingresos para el consumo será equivalente.
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