Redondeo
Aunque no seamos conscientes de ello, trabajamos con números con decimales de manera casi constante. Cuando vamos a echar gasolina al coche, compramos una camisa en una tienda de ropa o pagamos nuestros impuestos, lo más habitual es que exista un precio con decimales. Algo que nos resulta muy natural y sencillo de hacer gracias a que trabajamos muchas cifras numéricas utilizando el redondeo para simplificar nuestro día a día.
¿Qué es el redondeo?
El redondeo es la operación o proceso a través del cual se modifica un número o dígito hasta que alcance un valor determinado de acuerdo a una serie de normas. Durante el redondeo podemos optar por aumentar el valor de una cifra, o de reducirlo a otro valor diferente.
Esta operación es muy frecuente en cualquier situación o contexto en la que utilicemos los valores numéricos. Por ejemplo, lo usamos al hacer operaciones matemáticas o financieras, así como en la contabilidad de una empresa o como compradores en las distintas transacciones comerciales que podemos realizar.
Aunque lo habitual es utilizar el redondeo en números con decimales, también podemos usarlo para redondear una cifra a cualquier unidad que queramos. Ya sea la unidad, la decena, centena o cualquier otra opción numérica que queramos.
Por ejemplo, el número 55,1564 puede ser redondeado a estos valores:
- 55,16
- 55,2
- 55
Todos ellos son un redondeo válido, pues estamos reduciendo sus cifras teniendo en cuenta distintos valores. Mientras que el primer valor numérico redondea al alza en su tercer decimal, la última cifra lo hace a la baja eliminando todos los decimales.
¿Qué ventajas de aplicar el redondeo?
- Claridad y limpieza: nos permite obtener una imagen más clara de lo que nos están contando al reducir la cifra a un valor más sencillo de leer y estudiar.
- Facilita el trabajo al hacer cálculos: al reducir el tamaño de un valor numérico, las operaciones matemáticas que se hagan con esa cifra serán más simples y rápidos de realizar, agilizando de esta manera el proceso de todas las operaciones que se hagan.
- Previene que se necesiten monedas inexistentes en el mercado: al redondear a 2 decimales, el valor de un bien o servicio, se logra que la cuantía pueda ser pagada de manera física por el consumidor. No podemos realizar un pago de 5,153 € si no existe una moneda de 0,003 €. En su lugar, sí que podemos pagar el redondeo a 5,15 €.
¿Qué desventajas tiene aplicar el redondeo numérico?
- Errores de cálculo arrastrados: al modificar el valor de un número al redondearlo a otra cifra diferente, los cálculos que se hagan llevarán un error sobre la cifra real.
Esa es la única desventaja que tiene el redondeo. Aunque puede parecer algo poco significativo, si se lleva a cabo con decenas, centenares o miles de operaciones, algo muy posible en una empresa, la diferencia puede ser considerable.
2 ejemplos habituales de redondeo a nivel comercial
- En nuestras compras y adquisiciones de bienes o servicios: si compramos algo que vale 39,95 € y lo queremos pagar en efectivo, es probable que hagamos un redondeo y le demos al vendedor 40 €. Es decir, que hemos redondeado el precio para facilitar la operación a nuestro favor. Ahora solo tenemos que esperar la vuelta, o el cambio, con la diferencia entre el precio y el dinero que hemos dado
- En el cálculo de impuestos: tributos como el IVA o el impuesto especial sobre los hidrocarburos son algunos de los más habituales para un consumidor y son un ejemplo perfecto de redondeo tributario. En esta situación, el importe se ve incrementado un porcentaje que varía en función del impuesto asociado, lo que hace que en la mayoría de ocasiones se generen cifras con más de dos decimales. Así que, para que el contribuyente pueda realizar el pago, se redondea la cifra a dos decimales para su recaudación
Tipos de redondeo que se pueden aplicar
Es posible aplicar dos tipos de redondeo distintos, uno a la baja o por defecto, y otro al alza o por exceso.
- Redondeo por defecto o a la baja: lo hacemos cuando reducimos el valor de una cifra a un número más pequeño cuando su última cifra relevante está entre el 0 y el 4. Por ejemplo, 6,132 se podría redondear a 6,13 o 6,1.
- Redondeo por exceso o al alza: se da cuando aumentamos el valor inicial de un número para simplificarlo. En este caso, si la última cifra se encuentra entre 5 y 9, se hace un redondeo al alza al siguiente número más cercano. Es decir, que el número 6,156 podría ser 6,16 o 6,20 en función del redondeo por exceso que hagamos.
4 reglas de aplicación del redondeo
Aunque el redondeo es muy sencillo de realizar, hay unas reglas básicas que debemos seguir para aplicarlo correctamente.
- Regla 1: si la última cifra del número que queremos redondear es menor que 5, dejaremos sin modificar el último dígito. Por ejemplo: 5,554 sería 5,55.
- Regla 2: cuando la última cifra sea un 5 o superior, se aumentará el valor al siguiente número más próximo. Por ejemplo: 5,556 se convertiría en 5,56.
- Regla 3: si el último valor numérico es par, y tras él encontramos un 5 como siguiente cifra o un número cualquiera de 0, entonces se trunca el número. Por ejemplo: 5,56500 y 5,565 se redondearía a 5,56.
- Regla 4: si el último número es impar y la siguiente cifra es 5 o un número cualquiera de 0, se lleva a cabo un redondeo al alza en una unidad. Por ejemplo: 2,21500 o 2,215 se transforma tras el redondeo en 2,22.
Como podemos apreciar, el redondeo lo aplicamos en muchas ocasiones incluso sin darnos cuenta de ello. Y aunque sencillo de realizar y muy práctico para agilizar las tareas diarias, hay que recordar que tiene unas normas que debemos seguir para usarlo correctamente. Y siempre siendo conscientes de que puede implicar arrastrar un pequeño error de cálculo que arrastraremos en otras operaciones.
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