Cartera de valores
En el ámbito financiero se llama cartera de valores o cartera de inversión a la sumatoria de activos financieros y bursátiles como acciones, bonos y fondos de inversión que pertenecen a una persona física o jurídica. Este conjunto de activos genera un perfil de riesgo del inversor y una valoración del conjunto de sus activos.
Composición y diversificación de la cartera de valores
El inversor que participa activamente de los diferentes ámbitos como el mercado de valores, el mercado de divisa Forex o incluso con criptomonedas debe realizar un estudio de sistemático del tipo de activos más cotizados y el riesgo que presentan. Sin embargo, la elección y preferencia por un tipo de activos sobre otros implica que debe aplicar una racionalización para seleccionar de manera diversificada su portfolio de inversiones y disminuir su exposición al riesgo que ciertos tipos de activos puedan presentarle.
Dicho riesgo se mide y controla conociendo la cuota de participación que el activo tiene sobre el total de las inversiones de la persona o institución. Esto quiere decir que el riesgo se ve disminuido sobre el total de la cartera de valores de la que se dispone, que no es más que el valor del conjunto de activos de inversión. Para ello suelen identificarse los activos con mejor rendimiento, esto es, la mejor relación beneficio/riesgo.
La evaluación de los activos a incluir en la cartera de valores se realiza sobre la base de los activos existentes y la necesidad de diversificación. Esto último refiere a la inclusión de valores y activos de distinta índole que permitan compensar los riesgos asumidos. Al diversificar la cartera de valores el inversor se asegura de atarse al destino de ningún mercado o tipo de activo particular. De esta manera, si alguno de los activos de la cartera pierde valor, esto solo influye de manera marginal sobre el valor total de la cartera.
Composición de una cartera de valores
Los valores y activos que componen una cartera de valores se invierte de manera diversificada. Si bien esto no es algo obligatorio, puesto que se trata de un instrumento financiero privado, si es lo que se recomienda por especialistas en teoría económica y financiera.
Los activos en cuestión pueden ser caracterizados fundamentalmente de dos maneras:
- Por un lado, aquellos prevén de una rentabilidad fija y estable, puesto que suponen ingresos periódicos y utilidades (puede ser la renta sobre alquileres o los intereses cobrados en un préstamo).
- Por otro lado, aquellos activos que son de naturaleza variable y que no producen renta de manera periódica. En este grupo se encuentran todos aquellos activos financieros como acciones y fondos de inversión cuyo valor depende de su rendimiento previo y su cotización en el mercado. Del mismo modo, suponen un activo que debe ser liquidado en alguna transacción o intercambio para manifestar una ganancia liquida.
Al estar compuesta por diferentes tipos de activos con rendimientos fijos o variables, se puede conocer el perfil del inversor, el cual puede ser conservador, intermedio o arriesgado en función del riesgo asumido y la volatilidad de sus activos. El rendimiento total de la cartera de valores se conoce en función de la rentabilidad obtenida al final de un determinado periodo contable y el peso individual de cada activo respecto al valor total de la cartera.
Normalmente se distinguen dos tipos de carteras de valores en base a la temporalidad de los activos:
- Por un lado, la cartera de préstamos es aquella en la que la inversión se desarrolla a largo plazo y que se enfoca en un rendimiento mayor.
- Por otro lado, la cartera de endeudamiento es aquella que se enfoca en activos a cortos pazo que son intercambiados para producir rentabilidad.
Rendimiento y riesgo
El rendimiento de una cartera de valores debe conocerse a través de su rentabilidad para un periodo de tiempo determinado. Esto se hace elaborando una secuencia de precios en determinados momentos consecutivos, donde el rendimiento del activo se comporta como una variable aleatoria con probabilidades deterministas. El resultado será un indicativo de la rentabilidad media del activo al mismo tiempo que la variación entre los precios y valores del ejercicio establecen una medida de su riesgo.
Una vez conocido los rendimientos individuales de los activos que componen la cartera de valores, se puede determinar el rendimiento esperado total en base a la media ponderada de dichos rendimientos individuales. Los pesos específicos de cada uno de ellos son iguales a la proporción del presupuesto invertido en los mismos.
La cartera de valores es un instrumento financiero, compuesto por activos de distinta índole y plazos de rentabilidad de corto o largo plazo, en base a condiciones de renta fija o variable. Esto es, que producen una renta periódica o que obtienen su valor en base a la media de su precio en el mercado y que deben ser intercambiados para manifestarse en liquidez.
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