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Empresario individual

por Software DELSOL

Es muy que probable que conozcamos a una o más personas que sean empresarios individuales aunque no sean conscientes de que reciben ese nombre. Es posible que nos suene la figura del empresario individual por otro término mucho más frecuente: autónomo o freelance —si preferimos su anglicismo—.

Después de todo, los autónomos o empresarios individuales son una parte muy importante e indispensable en el tejido empresarial de un país moderno. Ahora bien, ¿qué caracteriza a un empresario individual y sus ventajas o desventajas frente a otras figuras empresariales y cuándo resulta interesante serlo?

¿Qué entendemos por empresario individual o autónomo?

Cuando hablamos de autónomos o empresarios individuales, estamos haciendo referencia a las personas físicas que llevan a cabo una actividad de carácter comercial o profesional en su propio nombre y con intención de lucrarse con ella. También se les llama empresas unipersonales, aunque es un término menos empleado, ya que puede confundirse con las sociedades limitadas unipersonales. Lo habitual es conocerlos como autónomos o autónomas.

Características distintivas de un empresario individual

Si bien es una de las figuras más representativas del mundo laboral en nuestro país, tiene sus puntos a favor y en contra. Algunas de sus características principales hacen que la figura del empresario individual asuma una gran cantidad de riesgos que otras figuras empresariales —como la sociedad limitada unipersonal— no corren. Pero también ofrece otras ventajas —como no exigir un capital mínimo para su creación— que la convierten en una de las opciones más empleadas.

Antes de entrar en las ventajas y desventajas que trae consigo esta figura, veamos cuáles son los puntos esenciales que le dan forma.

  • No existe un capital mínimo para iniciar la actividad.
  • Cualquier persona física puede darse de alta como empresario individual.
  • No es necesario formalizar la constitución de la actividad ni darse de alta como persona jurídica.
  • Es un trámite rápido y casi inmediato.
  • El empresario individual tributa mediante el IRPF y no con el impuesto de sociedades.
  • Existe una cuota mensual que pagar a la Seguridad Social —la conocida cuota de autónomos—.
  • La responsabilidad es personal e ilimitada de las deudas que puedan generarse.
  • Suelen tener bonificaciones durante un tiempo para fomentar su rentabilidad en el corto plazo.

¿Qué ventajas tiene ser un empresario individual?

  • Mayores beneficios personales: al ser la propia persona física quien realiza la actividad, todos los rendimientos obtenidos serán de su propiedad, pudiendo ser de esta manera una actividad muy rentable si el negocio prospera.
  • Sin barrera de entrada económica para su constitución: al no existir un mínimo de capital requerido para su formalización legal, es muy accesible darse de alta como empresario individual.
  • Velocidad de gestión de todos los trámites para el inicio de la actividad: darse de alta como nuevo autónomo o autónoma es muy rápido gracias a los pocos trámites exigidos.
  • Se agiliza la toma de decisiones empresariales: al ser el propio autónomo quien dirige su modelo de negocio y realiza todas las labores, no existen trabas internas para aprobar nuevos cambios que quieran hacerse a nivel interno empresarialmente.
  • Flexibilidad: Se puede cambiar a otro modelo empresarial en cualquier momento.

Aspectos negativos que debe tener presente un empresario individual

  • Mayor riesgo en caso de pérdidas: al tener responsabilidad personal e ilimitada, un empresario individual está expuesto a perder todas sus posesiones si se endeuda en su proyecto. Algo que no sucede con otras figuras como las sociedades limitadas. En este caso, todo lo que posea el autónomo está expuesto a ser embargado.
  • Riesgo compartido con el cónyuge: si existen bienes compartido con la persona autónoma, estos también podrán ser susceptibles de embargo en caso de impagos o deudas pendientes.
  • Tributación en el IRPF: si bien con un nivel bajo de ingresos pueda ser interesante la tributación en el IRPF, cuando los ingresos se eleven, la cuantía a abonar en el IRPF será mayor que si se tributase mediante el impuesto de sociedades.
  • Menor número de gastos deducibles: aunque hoy en día existen más gastos que un autónomo puede deducirse, están lejos del número de gastos que una persona jurídica podría llegar a deducirse para el cálculo de sus impuestos.

¿Qué requisitos hay que cumplir para darse de alta como empresario individual?

Una de las ventajas que trae consigo la figura del empresario individual es el bajo número de requisitos que se exigen para darse de alta como tal.  De hecho, será suficiente con ser mayor de edad y contar con libre disposición de bienes para poder darnos de alta como autónomos una vez que deseemos realizar una actividad empresarial de manera regular.

También pueden ser empresarios individuales los menores de edad emancipados, pero no podrán solicitar préstamos ni enajenar bienes inmuebles sin la autorización expresa y por escrito de sus progenitores o tutores legales. Todo ello basándose en lo marcado por el art. 323 del Código Civil. De igual manera, las personas incapacitadas también podrán darse de alta con la representación legal de un tercero.

¿Qué trámites hay que realizar para ser un empresario individual?

Antes de convertirnos en autónomos existen unos trámites administrativos que debemos realizar para empezar la actividad de manera adecuada. De lo contrario, podremos encontrarnos con una desagradable sanción por no realizar los trámites previos. Algo que desde luego no queremos.

Para hacerlo correctamente, tendremos que realizar los siguientes trámites:

  • Declaración censal mediante el modelo 036.
  • Alta en el IAE correspondiente a nuestra actividad con el modelo 486 o el 485 si nuestra actividad está sujeta al pago de cuotas municipales.
  • Inscribirnos en el RETA o Régimen Especial de Trabajadores Autónomos en la Seguridad Social.
  • Legalización y registro de los libros oficiales de la actividad como el libro diario, el de inventario o el de las cuentas anuales.

Aunque pueda parecer mucho, en cuestión de dos días podemos tener todo listo para empezar la actividad con buen pie.

Como se puede ver, la figura del empresario individual tiene aspectos positivos como negativos que tendrán que valorarse adecuadamente. Lo recomendable es comenzar como autónomo o autónoma, y si el proyecto comienza a crecer, entonces plantearse la posibilidad de dar el paso y convertirse en una persona jurídica para proteger los bienes personales y aprovechar el mayor número de gastos deducibles.

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