La macroeconomía nos permite estudiar cómo avanza y funciona una economía a lo largo del tiempo, analizando todas las variables económicas agregadas (precios, PIB, desempleo, entre otros), lo que facilita el cumplimiento de los objetivos marcados por una nación. Dentro de esta parte de la teoría económica, existen determinados conceptos y variables fundamentales para el estudio y desarrollo de políticas monetarias y fiscales, siendo el multiplicador fiscal una de ellas.
Esta variable se encarga de valorar el impacto que tiene el gasto público que realiza el Estado en la economía del país. Básicamente, nos muestra cómo afecta un incremento o disminución del gasto público o de los impuestos en los ingresos totales del país. A continuación, veremos su interpretación, cómo calcularlo y las abundantes críticas que han realizado los economistas sobre esta variable.
Para entender este término, cuyo cálculo veremos un poco más adelante, es importante saber que el multiplicador fiscal se puede interpretar de tres maneras, siempre en función de su valor: igual a 1, menor que 1 y mayor que 1:
Evidentemente, en todos los casos anteriores, si lo que se produce es una reducción del gasto público, el efecto se produce a la inversa (el PIB disminuirá siguiendo las reglas que acabamos de ver).
Para calcular el multiplicador fiscal se utiliza una fórmula bastante simple, algo que tiene sus puntos positivos (sirve como un buen estimador sencillo y rápido de calcular), pero que no llega a medir el impacto completo de las políticas fiscales que lleve a cabo un gobierno, algo que ha provocado muchas críticas y desconfianza en el sector económico. La fórmula para calcular el multiplicador fiscal es la siguiente:
Mult. fiscal = 1 / 1 - c (1 - t)
Realmente, poner en práctica el cálculo del multiplicador fiscal es algo muy sencillo si se tienen los dos valores necesarios para utilizar la fórmula. Poniendo un caso en el que la tasa de impuestos actual es del 25 %, y la propensión marginal al consumo tiene un valor de 0,66, el cálculo del multiplicador fiscal del país en cuestión sería el siguiente:
Multiplicador fiscal = 1 / 1 - 0,66 (1 - 0,25) = 1,98.
Con este resultado, podemos interpretar que, por cada unidad que aumente el gasto público, el PIB se incrementará en 1,98 unidades. Haciendo la suposición de que el Gobierno aumenta el gasto público en 250 millones de euros, el PIB incrementaría en 495 millones de euros (1,98 x 250).
Pese a que el cálculo del multiplicador fiscal se puede convertir en un buen motivo para aplicar políticas fiscales determinadas a la economía de un país, es cierto que existen muchas dudas y críticas a la hora de aplicarlo, ya que, en muchas ocasiones, pueden realizarse cálculos erróneos o imprecisos que perjudiquen gravemente la economía de una nación entera.
Debemos tener en cuenta que, a la hora de calcular la PMC, se utilizan valores agregados, lo cual puede complicar las cosas y propiciar la aparición de errores a la hora de obtener el multiplicador fiscal. Además, la experiencia con esta variable no es positiva, algo que hemos visto tras la crisis económica del 2008, donde el FMI estimó erróneamente el multiplicador fiscal utilizado para tomar las medidas de recuperación, provocando una grave paralización en las economías, siendo el caso griego el más notorio y preocupante.
Aunque muchos critican la poca fiabilidad que tienen los Gobiernos o las grandes entidades económicas al aplicar el multiplicador fiscal, este indicador sigue ofreciendo una representación interesante del impacto que tiene la variación del gasto público en las actividades económicas de un país.
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