Los movimientos de capitales entre diferentes cuentas están a la orden del día, siendo una de las operaciones más habituales y solicitada a las entidades bancarias. Sin duda, las transferencias son operaciones bancarias muy utilizadas y muy útiles, por lo que resulta conveniente conocer qué características esenciales tienen estas operaciones y en qué consisten.
Una transferencia bancaria es una operación a través de la cual una persona o entidad da instrucciones a su entidad bancaria para que envíe determinada cantidad de dinero con cargo a su cuenta a la cuenta de otra persona o empresa. En resumen, una transferencia bancaria consiste en pasar dinero de una cuenta a otra.
Las transferencias bancarias cuentan con una serie de características que la diferencian de otros tipos de operaciones de traspaso de dinero. Veámoslas:
Podemos encontrar diferentes tipos de transferencias bancarias. Son los siguientes:
La principal diferencia entre una transferencia bancaria y un traspaso es que en la primera el dinero se mueve entre cuentas de diferentes entidades bancarias, mientras que en el segundo el dinero se mueve entre cuentas de la misma entidad bancaria.
Así pues, cuando se utiliza un traspaso el dinero suele llegar el mismo día y no suele conllevar la aplicación de comisiones, algo que sí ocurre en las transferencias bancarias.
Una transferencia bancaria suele llevar aparejada la aplicación de una serie de comisiones que dependerá, sobre todo, de la entidad bancaria emisora de la transferencia. Así pues, aunque no tiene mucho sentido hablar de un porcentaje o de la cuantía concreta de las comisiones que se aplican, lo cierto es que las comisiones serán mayores en las transferencias bancarias urgentes debido a la necesidad de que intervenga el Banco de España, así como en las transferencias internacionales.
Las comisiones se cobrarán, en todo caso, en el momento en que se lleva a cabo la transferencia y será pagada por el ordenante.
Es posible anular o modificar una transferencia bancaria, aunque, para ello, es fundamental cumplir con el plazo indicado. Además, deberemos tener en cuenta que, en estos casos, deberemos hacer frente al pago de costes bastante elevados.
Para anular una transferencia bancaria es necesario hacerlo de forma inmediata o, al menos, antes de la hora de corte del banco, ya que, de lo contrario, esta ya se habrá hecho efectiva. Para llevar a cabo la anulación bastará con gestionarlo a través de Internet o llamar a la entidad bancaria.
Una de las opciones más útiles que nos ofrecen este tipo de operaciones bancarias es la domiciliación. Así pues, es posible dar la orden a nuestro banco para programar una transferencia que se hará efectiva de forma periódica. Esto se utiliza habitualmente para pagar cargos periódicos, tales como la mensualidad en concepto de alquiler o los suministros eléctricos, de agua o de Internet o el impuesto de circulación, entre otras cosas.
Gracias a la domiciliación ahorraremos bastante tiempo y, además, podremos evitar que se nos olvide llevar a cabo el pago de cualquier servicio que utilicemos de forma periódica.
Sin duda, las transferencias bancarias, sobre todo con el auge de las nuevas tecnologías, siguen siendo una de las operaciones bancarias más utilizadas, ya que permiten enviar dinero entre cuentas de diferentes bancos de forma segura, rápida y eficaz.
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