Consignatario
La palabra consignatario tiene varios significados en economía y derecho. Los detallamos a continuación.
Consignatario por auto judicial
En algunos procedimientos judiciales, existe la figura del consignatario. Es el que recibe dinero que otro deja en consigna, todo ello según las condiciones establecidas en un auto judicial. El consignatario debe custodiar ese dinero, al menos, hasta que termine el juicio, y siempre siguiendo las instrucciones del juez.
Consignatario que administra una finca
En este caso, el consignatario es un acreedor que se ocupa de la administración de una finca propiedad de su deudor. Para ello, se firma un convenio entre ambas partes que regulan aspectos como la fecha de inicio del convenio de consignación, condiciones de la administración y plazo de extinción, que, normalmente, coincidirá con el pago total de la deuda.
Consignatarios marítimos
En el derecho marítimo y en la legislación mercantil nacional e internacional, el término consignatario tiene dos significados.
Consignatario de buques
El consignatario de buques es la persona a la que va destinado un buque completo, su cargamento o una parte de las mercancías que este transporte. El consignatario sería una de los firmantes que intervienen en cualquier contrato típico de transporte marítimo. El flete o transporte marítimo es un contrato en el que el consignatario es el destinatario del buque o carga; el naviero quien realiza el transporte y el consignador es el que remite esa mercancía.
Consignatario en el tráfico marítimo
En el tráfico marítimo, también existe la figura del consignador como profesional que, en los puertos, representa a los armadores de buques. Se encarga de todos los trámites y cuestiones de tipo administrativo que afectan a la estiba y desestiba de un barco, desde los permisos necesarios para poder embarcar, a los trámites fiscales y otras gestiones burocráticas.
La figura del consignatario de buques está regulada en el derecho internacional y sus funciones son similares en cualquier puerto del mundo. El consignatario es el destinatario de las mercancías y se hace cargo de las gestiones aduaneras en transporte internacional y de liquidar y pagar las tasas, impuestos y aranceles que correspondan a esa operación de importación. El consignatario también se ocupa de los intereses del naviero en puerto. Da soporte y asesoramiento logístico a este para que pueda desempeñar su trabajo con normalidad.
En derecho español, la figura del consignatario se define como la del representante de un naviero que tiene encomendadas todas las gestiones logísticas y jurídicas para que su cliente no tenga ningún tipo de contratiempo en el puerto.
Los barcos extranjeros que quieran atracar en un puerto español tienen que tener un consignatario designado aquí.
Más detalladamente, las funciones que presta un consignatario son:
- Tramitar el permiso de entrada en puertos nacionales.
- Tramitar la documentación con la aduana del puerto.
- Trámites y gestiones con capitanía marítima, que es la autoridad que controla la entrada y salida en los puertos.
- Gestiones de aprovisionamientos y repostaje del barco.
- Coordinar las tareas de reparación y mantenimiento del buque.
- Coordinación de la estiba del buque (carga y descarga de la mercancía).
- Trámites y gestiones relativas a inmigración de tripulación y pasajeros.
Consignatarios en comercio
Fuera del ámbito marítimo y judicial, nos encontramos con otra importante acepción de la palabra consignatario. Es el que recibe mercancías de un tercero y las tiene en consignación. El consignador o remitente le envía una serie de mercaderías al consignatario para que las venda en su nombre y representación, todo ello de acuerdo con unas condiciones pactadas entre ambos.
El consignatario recibe las mercancías para venderlas por cuenta de un tercero. Como contraprestación se queda con una comisión por el resultado de la venta. Las mercancías que no son vendidas por el consignatario se devuelven al remitente, junto con el dinero obtenido por la venta, una vez restado el importe de la comisión y otros gastos que se hayan acordado.
Cabe destacar que el consignatario no tiene que hacer ningún pago por adelantado al consignante, ya que en ningún momento adquiere la propiedad. Solo hay una traslación de la posesión de forma temporal a efectos de poder venderla.
Normalmente, el contrato de consigna tiene un plazo de una cierta duración, para que el consignatario pueda vender la mayor parte posible de la mercancía. Cada cierto tiempo, se pacta que el consignatario transfiera el dinero que se haya ido generando; no es necesario que el consignatario le pague al consignante cada vez que hace una venta, sino que se hacen liquidaciones periódicas cuando hay un cierto volumen.
Un ejemplo de consignatario sería cuando una fábrica de ropa le deja parte de su producción a un representante en una determinada plaza. El consignatario tendrá un tiempo para hacer las ventas a cambio de una comisión. A final de la temporada, este le devuelve al fabricante (consignador) la mercancía no vendida junto con el dinero obtenido restando el importe de su comisión.
El consignatario es un término que puede aludir a distintas situaciones jurídicas y mercantiles como hemos visto en esta entrada. La profesión de consignatario en el ámbito del comercio internacional tiene una gran actualidad debido a la globalización de la economía y a la regulación internacional de su actividad.
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