Consuetudinario —término que procede de la palabra latina consuetudinarius— es un adjetivo que denomina a aquello que es tradicional, frecuente o rutinario. También denominado costumbre, el derecho consuetudinario es una norma jurídica no escrita pero de obligado cumplimiento, generada por la repetición de unos hechos concretos en un territorio determinado. Puede definirse como el conjunto de comportamientos de la sociedad respetados e impuestos por la práctica de las personas.
Por tanto, el derecho consuetudinario no es un conjunto de normas escritas, sino la expresión de las costumbres de los ciudadanos de un determinado lugar.
Es fuente de derecho subsidiaria, es decir, solo se aplica en ausencia de ley escrita.
Su regulación actual como fuente de derecho se encuentra en el artículo 1 del Código Civil.
Este tipo de regulación por uso o costumbre existe desde las primeras sociedades, ya que estas se regían por las normas conductuales habituales. Convertían sus hábitos en normas imperativas que todos los integrantes cumplían.
Esto se daba ya en la España prerromana, aunque no existe mucha documentación de la época, sí que existían diferentes formas de organización en los grupos sociales, como sistemas patriarcal o matriarcal o la forma de organizar la comunidad política en gens o parentelas.
Posteriormente, en el derecho romano, ya se encuentra definida la diferencia entre norma escrita y no escrita, refiriéndose claramente al derecho consuetudinario.
Las características que definen el derecho consuetudinario son:
Para que un uso o costumbre sea derecho consuetudinario debe cumplir los siguientes requisitos:
El derecho consuetudinario tiene dos grandes usos:
Existe otro uso, prohibido en España y es la costumbre contra legem, que regula una materia de forma distinta a la ley.
El derecho consuetudinario deja de aplicarse principalmente por dos motivos:
En Aragón encontramos algunos ejemplos como el testamento mancomunado, el usufructo vidual y la sucesión legal de normas de origen consuetudinario que se encuentran actualmente vigentes.
Ejemplos del uso, secundum legem, son respetar la vida de otras personas, la obligación de los padres de cuidar la salud física y mental de sus hijos y no conducir vehículos cuando se esté ebrio.
En el caso del uso praeter legem, encontramos el suministro de bebidas alcohólicas o tabaco por parte de los progenitores a los hijos menores de edad.
Para el caso de la costumbre contra legem, encontramos el aparcar en zonas prohibidas, algo muy extendido pero prohibido o los sobornos a fuerzas del orden o funcionarios públicos.
Podemos entender el derecho consuetudinario como la actitud o comportamiento repetido en un determinado grupo de personas de un territorio o comunidad durante un periodo prolongado de tiempo. Este comportamiento se debe entender como obligatorio y no puede ser contrario a norma escrita. La costumbre o derecho consuetudinario se aplicará siempre en defecto de ley o para su interpretación.
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