El desempleo se da cuando existen menos vacantes laborales que trabajadores dispuestos a ocupar dichos puestos: normalmente, es un indicador de la economía de un país, ya que cuanto mayor sea el índice de población desempleada, menos riqueza podrá generar el estado.
En términos estrictos, el desempleo es la situación que acontece cuando, sencillamente, "falta trabajo": hace referencia a un desajuste del mercado laboral en el que, en líneas generales, hay más trabajadores que puestos disponibles.
En un sentido más amplio de la palabra, el desempleo sirve para indicar el estado de la economía de una nación, ya que una elevada ocupación laboral se traduce en mayor generación de riqueza, en salarios más competitivos y, en consecuencia, en un incremento de la calidad de vida de la población.
Los países calculan la tasa de desempleo tomando el dato de la población activa (ciudadanos en edad de trabajar) y contrastándolo con los datos de ocupación laboral (altas en el sistema de la Seguridad Social); de esta relación sale el indicador que dice qué porcentaje de la población activa se encuentra en un momento del tiempo sin trabajo.
De los resultados de la tasa de desempleo se pueden deducir las proyecciones económicas de una nación: una tasa elevada supone un problema para la economía de un país, en los siguientes términos:
Los tipos de desempleo se pueden clasificar atendiendo a las causas que lo generan.
Es el ejemplo más extendido en la economía española, la cual se alimenta principalmente del turismo y la restauración, y que tiene en las épocas vacacionales su mayor pico de producción. Las contrataciones en estos sectores se disparan durante los periodos estivales, y muchos de estos empleados regresan al paro cuando finalizan.
Los incrementos de contrataciones temporales en logística, comercios minoristas, retail y distribución de cara a campañas de navidad, con sus consiguientes despidos cuando estas terminan, también son grandes exponentes de este tipo de desempleo.
Es un tipo de desempleo que viene cobrando fuerza durante los últimos años, especialmente en sectores que requieren de trabajos cualificados, y se debe a un desajuste de cualificaciones: el mercado laboral necesita nutrirse de una mano de obra que cuente con determinados conocimientos y competencias, las cuales no reúnen la mayoría de los candidatos.
Es una circunstancia propia de la brecha digital y de la no correspondencia entre materias curriculares y competencias reales demandadas por las empresas.
Es el causado por los trabajadores que deciden no incorporarse al mercado laboral voluntariamente, por tomarse un periodo de descanso, por invertir un tiempo en formarse o por seleccionar con más cuidado su próximo paso profesional.
No es un motivo achacable al estado del mercado de trabajo, sino que responde más bien a una decisión personal del trabajador.
Este tipo de desempleo está íntimamente relacionado con la situación económica general, ya que se encuentra vinculado a ciclos económicos: en etapas de bonanza se incentivan las contrataciones y crece el tejido productivo, y en etapas de crisis se engrosan las listas del paro.
Es el tipo de desempleo más preocupante para un país, porque indica que el tejido empresarial no es lo bastante eficaz como para subsistir a épocas de mayor escasez económica.
El desempleo es una realidad para todas las economías, y en cierto sentido es prácticamente inevitable para un país soportar cierta tasa de paro de forma sistemática: en cambio, a medida que aumentan los índices de desempleo, el país corre el riesgo de introducirse en una espiral de recesión económica.
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