Tras la crisis sanitaria del coronavirus, las empresas de primera necesidad han cobrado especial relevancia, ya que han sido las únicas que han podido seguir desarrollando su actividad empresarial durante el confinamiento domiciliario que tuvo lugar en España a partir de mediados de marzo.
Una empresa de primera necesidad es aquella entidad que fabrica o produce bienes de primera necesidad. Es por ello de vital importancia conocer qué es un bien de primera necesidad.
Un bien de primera necesidad es aquel producto o servicio que es considerado esencial para la supervivencia de los individuos. Un buen ejemplo de esto es la sanidad o la producción de alimentos.
Existen diferentes tipos de bienes: los bienes de primera necesidad, los bienes normales y los bienes de lujo. Cada uno de ellos tiene unas características diferentes y es necesario saber qué los diferencia para poder determinar cuándo estamos ante un bien de primera necesidad, un bien normal o un bien de lujo.
Los bienes de primera necesidad son aquellos que cubren las necesidades básicas y son esenciales para la supervivencia de las personas. Además, su demanda no aumenta significativamente con el aumento de la capacidad económica del individuo, ya que la necesidad del consumidor ya estará cubierta.
Los bienes de lujo son aquellos productos cuya demanda aumenta conforme aumenta la capacidad económica del consumidor o, en otras palabras, aquellos cuya elasticidad ingreso de la demanda es mayor a 1. Un buen ejemplo de esto serían bienes muy caros como coches de alta gama, comida de lujo o ropa de alta costura. No obstante, lo que es considerado bien de lujo dependerá de la realidad social del lugar en que se encuentren los individuos y de la renta media de estos.
Tanto los bienes de primera necesidad como los bienes de lujo son considerados como bienes normales. ¿Por qué ocurre esto? Esto es así porque cuando aumentan los ingresos de los individuos se da, en ambos tipos de bienes, una variación positiva en la demanda de los productos, si bien es cierto que la demanda de los bienes de lujo aumenta mucho más rápidamente que la de los bienes de primera necesidad al aumentar la renta de las personas.
Como ya se ha dicho, los bienes de primera necesidad son aquellos esenciales para la supervivencia, por lo que todas las personas los comprarán (tal y como ocurre con los alimentos o la ropa), independientemente de su capacidad económica o su renta. No obstante, si la renta de una persona en cuestión aumentara, quizá se comprarían más bienes de primera necesidad, pero la compra de estos no aumentaría significativamente, ya que esta necesidad ya está cubierta.
Sin embargo, al aumentar la renta, las personas tienen mayor predisposición a comprar otro tipo de bienes, es decir, una televisión, un viaje o comprar un coche mejor y más caro. En lo que respecta a los bienes de lujo, estos, al ser bienes de naturaleza especial, solo se comprarán cuando la renta aumente significativamente. Esto es lo que ocurre con los coches de alta gama, la ropa de alta costura o los yates o barcos.
En cualquier caso, se ha de tener en cuenta que, si bien los bienes de primera necesidad, al ser esenciales para la supervivencia de una persona, son iguales en cualquier sitio, los bienes considerados como bienes de lujo dependerán en gran medida del lugar en que nos encontremos. Así, hay países en los que una televisión será considerada como un bien de lujo, mientras que en países desarrollados como España una televisión es considerada como un bien normal.
Sin duda, y después de la crisis sanitaria que estamos viviendo como consecuencia de la aparición del coronavirus, se ha puesto de manifiesto la gran importancia de las empresas de primera necesidad. Empresas agrícolas, ganaderas, alimentarias, sanitarias, de transportes, textiles y un sinfín de otras empresas de otros sectores que fabrican o producen bienes o prestan servicios de primera necesidad, que son esenciales no solo para la supervivencia de las personas, sino también para que el país siga funcionando.
Estas empresas no pueden parar su producción, ya que de sus bienes dependerá la supervivencia de las personas, incluso en tiempos de guerra o, como ha ocurrido recientemente, en una crisis sanitaria que ha obligado al Estado a declarar el estado de alarma.
Es por todo lo anterior fundamental conocer qué bienes son de primera necesidad y qué bienes son de lujo, ya que es una buena forma de conocer cómo aumenta su demanda y cuál es su elasticidad ingreso y, además, es fundamental para conocer cómo estarán gravados estos bienes. Así, mientras los bienes de lujo están gravados con mayores impuestos, los bienes de primera necesidad pueden estar gravados con menos impuestos.
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