Las razones que pueden motivar el impago de una deuda pecuniaria son muy variadas. Lo que está claro es que el impago tiene no pocas implicaciones legales que deberán ser tenidas muy en cuenta, así como los procedimientos a los que podemos acudir frente a un impago.
Un impago hace referencia al incumplimiento de las obligaciones o condiciones de un préstamo o crédito. Así, podemos decir que se comete impago cuando no se cumple el saldo de un valor monetario en concreto cuando ha vencido la fecha pactada para su liquidación.
Se ha de tener muy en cuenta que, para incluir la obligación, esta ha de estar vencida, es decir, el impago se dará siempre que haya vencido la fecha en que se debió hacer frente a la deuda. Hasta que eso no ocurra, la deuda no será exigible y no existirá el impago. Además, es necesario que exista un documento previo o factura que detalle la fecha de pago, el valor de la deuda y la firma del cliente. Solo con este documento se podrá reclamar legalmente el impago. Es por ello de vital importancia formular un contrato, una factura o un ticket en el momento de la compraventa del producto o del servicio.
Los impagos se dan con bastante asiduidad, lo que incide negativamente en el normal desarrollo de las empresas y de sus actividades, ya que los impagos pueden elevar los costes financieros de las mismas, así como reducir los ingresos de las entidades. No solo eso: cuando se está ante un impago de gran envergadura, este puede limitar o incluso frenar el crecimiento de la organización empresarial, además de crear conflictos entre las partes entre las que se produce el impago.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, resulta fácil entender que sean muchas empresas y particulares que sigan ciertos procedimientos para poder reclamar el impago. Para ello, se deberán seguir los siguientes pasos:
Existe un procedimiento que sirve para reclamar el impago de una deuda vía judicial, el procedimiento de reclamación de deuda. Este es un procedimiento muy sencillo, útil y rápido que tiene por objeto reclamar deudas impagadas, agilizándose el cobro de las mismas. No obstante, es fundamental, como ya se ha apuntado, que la deuda esté acreditada en facturas, tickets, albaranes, documentos notariales, justificantes de transferencia bancaria o cualquier otro documento acreditativo.
El acreedor podrá acudir a este procedimiento cuando la negociación con el cliente no dé sus frutos y este siga sin pagar. Lo primero que se deberá llevar a cabo es la presentación de la demanda. Esta se deberá dirigir al Juzgado de Primera Instancia competente, es decir: al del domicilio del cliente deudor. No obstante, se ha de tener en cuenta que existen diferentes tipos de procedimientos:
Sin duda, conocer cómo reclamar un impago es fundamental, ya que estos están a la orden del día y pueden dificultar mucho la actividad de cualquier empresa.
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