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Orientación al logro

por Software DELSOL

La orientación al logro es un concepto de la administración que refiere a la coordinación de los diferentes recursos humanos y materiales de una empresa con el objetivo de alcanzar resultados de rendimiento previamente establecidos en función de la actividad individual y colectiva.

Definición del concepto y características

La organización y motivación en función del logro comienza a utilizarse como herramienta a partir de la década del cuarenta en materia de administración y gestión empresarial. Permite que los distintos niveles de recursos humanos de una empresa —desde la dirección hasta los operarios de los niveles jerárquicos más bajos— trabajen de manera conjunta mediante la implementación de metas realistas y puntuales en cada sector que coincidan con aquellas metas de la empresa a nivel global.

Muchas veces la orientación se realiza mediante la implementación de incentivos y recompensas que fomenten la actividad particular de cada empleado. Esto favorece la competencia y el rendimiento individual y global. Supone, asimismo, un aprovechamiento de los recursos materiales disponibles y una mejora significativa en los tiempos de ejecución de las tareas. La orientación al logro también consigue que los distintos sectores de una organización comprendan más profundamente su propia actividad y que tengan siempre presente las necesidades y objetivos globales.

Objetivos y esquema de orientación

El alineamiento de los objetivos de rendimiento sectorial y los globales exige que se establezcan ciertos estándares de trabajo y expectativas mínimas. En este sentido, los empleados de una empresa pueden obtener su objetivo con base en su rendimiento pasado, la media establecida para su sector, los incentivos ofrecidos por la empresa, entre muchos otros. Sin embargo, es menester que se planteen objetivos claros y realistas y que se realice mediante la motivación estructural.

A nivel organizacional, los objetivos se pueden definir de la siguiente manera:

  • El trabajo como vehículo para el crecimiento y la superación profesional.
  • Estándares objetivos y personales que funcionen de manera conjunta y que se beneficien mutuamente.
  • Métodos de trabajo funcionales y dinámicos para favorecer la actividad interdepartamental.
  • Los objetivos deben ser periódicos y sus resultados visibles a nivel organizacional.

Para alcanzar los objetivos así determinados, el proceso de orientación debe identificar las siguientes etapas de renovación institucional.

Fase de renovación

En primer lugar, deben fortalecerse los valores de unidad y desarrollo conjunto. Para ello se definen ciertos estándares para la actividad y se reconocen los principios básicos de trabajo. Esto puede lograrse formando seminarios y cursos en los que se imparta la política de la empresa y se fomente la idea de beneficio mutuo entre los objetivos individuales y colectivos. Esto incluye el estándar para cada sector y cada puesto de trabajo; es muy importante determinar los niveles de desempeño para obtener metas específicas y puntuales que superar. Visualizar el umbral de rendimiento ideal es una buena manera de motivar su persecución.

Organización propiamente dicha

Implica la determinación de requerimientos operativos necesarios para establecer un escenario próspero en el cual la búsqueda constante de la superación se produzca de manera orgánica y positiva. Esto es, debe ser una propuesta siempre presente y actualizada. En este punto se elaboran efectivamente los objetivos puntuales y globales y se recomiendan las estrategias para alcanzarlos. Debe analizarse el desempeño previo y desarrollarse las facultades necesarias para superarlo. Al mismo tiempo, debe establecerse un sistema de registro que permitan medir los resultados. La utilización de ejemplos y el estudio de casos exitosos son una buena manera de motivar a la organización y probar lo efectivo de la estrategia implementada.

Reorganización en función de la estrategia

En este punto se toman por sabidos los requerimientos y la estrategia y se introducen los cambios concretos para mejorar el rendimiento y los métodos de trabajo. Se comprometen los recursos organizacionales y se asigna las tareas y los objetivos sectoriales y globales. Para este punto debe haberse establecido un margen de actuación para los distintos recursos humanos y cierta flexibilidad operativa; el objetivo está planteado y existe una manera táctica de alcanzarlo, sin embargo, debe permitirse al individuo tomar desvíos con base en su conocimiento de la actividad y su manera personal de ejecutar las tareas. Si los apartados anteriores fueron realizados de manera efectiva, esto debería traducirse en una mejora en los rendimientos individuales en función del objetivo global.

Análisis y renovación

Una vez realizados los cambios y probado el esquema —tras un periodo de tiempo que permita evaluar los resultados en sentido global—, la organización debe estudiar la implementación propiamente dicha con el objetivo de encontrar los puntos débiles y mejorar la propuesta. Deben tenerse en cuenta factores como la calidad de los resultados, la eficiencia en la ejecución de las tareas y el costo material invertido, entre otros valores. La integridad de los datos recolectados y la información resultante deben funcionar como una herramienta para futuras reconfiguraciones.

La orientación al logro es un proceso de (re)organización que favorece el desempeño en función de los resultados. En el ámbito empresarial, esto implica el desarrollo de un esquema de trabajo tanto individual como solidario que permite alinear los objetivos individuales y globales para mutuo beneficio.

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