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Interés compuesto: ¿Qué es y cómo funciona?

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4 de noviembre de 2021

Ahorrar no es una tarea fácil, pero una vez que has juntado un poco de dinero lo que quieres conseguir es que siga creciendo, y para ello tienes que seguir ahorrando y, además, invirtiendo. Pues bien, el interés compuesto es el “secreto” de muchos inversores para conseguir que su dinero crezca de forma mucho más rápida.

¿Qué es el interés compuesto?

La inversión genera un rendimiento que es abonado directamente al titular del capital invertido. Por ejemplo, si compras acciones de empresas que reparten dividendos, cobrarás la parte que te corresponda de los mismos, esa será tu ganancia.

Lo que se hace al aplicar el interés compuesto es coger esos rendimientos y sumarlos a la suma principal invertida. De esta forma, la cantidad que tienes invertida es mayor, lo que da lugar a mayores rendimientos. Y una vez que recibes esos rendimientos, los vuelves a sumar al capital, y así sucesivamente.

Por tanto, interés compuesto es aquel que se suma al capital general y que va generando nuevos intereses.

Un ejemplo de interés compuesto

Este concepto resulta mucho más fácil de entender a través de un ejemplo. Imagina que has conseguido ahorrar 3000 euros y los has puesto en un producto de inversión que al cabo de un año te ha dado un rendimiento de 150 euros.

Si aplicas el interés compuesto lo que haces es sumar esos 150 euros al capital inicial. Así que en el segundo año tu inversión no es de 3000 sino de 3150 euros, por lo que los rendimientos serán mayores.

Si además consigues seguir ahorrando, tu capital invertido crece todavía más rápido. El segundo año podrías invertir los 3000 euros con los que empezaste, los 150 euros de interés compuesto y otros 600 euros que has conseguido ahorrar. Esto da un total de 3750 euros.

Lo bueno es que consigues que tu capital crezca de forma mucho más rápida. Incluso si pasas por una época en la que no puedes ahorrar, sabes que gracias al interés compuesto en tu siguiente ronda de inversión vas a tener más capital invertido, lo que generará un mayor beneficio.

Interés compuesto vs. interés simple

El interés compuesto es un gran aliado para todo aquel que desee hacer crecer su patrimonio, pero no es demasiado conocido. El más común es el interés simple, que es aquel interés o rendimiento que obtienes de tus inversiones y que no reinviertes en las mismas.

Aplicas el interés simple si, en el ejemplo anterior, en lugar de sumar esos 150 euros de ganancias a tu capital principal invertido te los gastas en una cena o en un viaje.

Fórmula de interés compuesto

CO x (1+Ti)^t

En esta fórmula CO es el capital inicial, Ti la tasa de interés anual y ^t implica que se eleva por el período de tiempo que dura la inversión.

Si este sistema de cálculo te resulta complejo puedes usar la regla del 72, que es tan sencilla como dividir entre 72 el tipo de interés que genera la inversión. El resultado es el número de años que vas a tardar en duplicar el dinero invertido. Esta es una regla que también puedes usar para comprobar si te interesa o no hacer una determinada inversión.

El tiempo juega a tu favor

Cuando se trata de invertir el dinero la clave está en hacerlo siempre a largo plazo. Las operaciones a corto plazo pueden parecer muy rentables a simple vista, y se han vuelto muy populares gracias al trading, pero lo cierto es que operar de esta manera requiere estar muy pendiente de las inversiones y tener bastantes conocimientos financieros.

Lo bueno de la inversión a largo plazo es que suele resultar mucho más rentable y no hay que estar tan pendiente de ella ni ser un experto en finanzas. Si te has propuesto ahorrar y hacer crecer tu dinero tómate el proceso con calma, asumiendo que es algo que vas a conseguir con el tiempo, no de un día para otro.

Si sigues ahorrando todo lo que puedas y además aplicas el interés compuesto, a la vuelta de unos años verás que tu capital se ha multiplicado casi sin que te des cuenta.

Es por todo esto que hemos visto que los grandes inversionistas nunca dejan de lado el largo plazo (aunque también hacen inversiones a corto plazo). El propio Warren Buffett es un gran defensor del interés compuesto y la inversión a largo plazo, y siempre señala que su único error fue no haber empezado a invertir antes.

El interés compuesto tiene un efecto casi mágico a la hora de hacer crecer el dinero y es, posiblemente, el mejor destino que le puedes dar a los rendimientos de una inversión. Si tienes paciencia y la mantienes, tu dinero seguirá creciendo día a día, incluso en aquellas épocas en las que lo tengas más complicado para ahorrar.