Las acciones son partes en las que una sociedad divide su capital. Se pueden transmitir y tienen un precio, lo cual las convierte en una herramienta de inversión, además de otorgar ciertos derechos a sus propietarios, como la participación en la Junta de Accionistas. Las acciones pueden tener varios tipos, las cuales tienen diferentes características y sus beneficios e inconvenientes particulares. A continuación vamos a ver uno de ellos y sus características: las acciones al portador.
En las acciones más comunes, las nominativas, existe la obligación de que su propietario sea inscrito en los libros mercantiles de la compañía, con el fin de que quede constancia de la propiedad y los cambios que se vayan produciendo con la titularidad de la misma. Sin embargo, existe un tipo de acciones en las que no es así: las acciones al portador.
En este tipo de acciones, su propietario es aquel que tenga la acción de forma física, sin existir la necesidad de que esta se inscriba legalmente en los registros mercantiles. Esto significa que, con simplemente tener la acción físicamente, ya te convierte en el propietario de la misma.
En primer lugar, y como diferencia más notable, se tiende a pensar que las acciones nominativas tienen un carácter mucho más formal, ya que su propietario queda registrado en los libros de la compañía, mientras que en las acciones al portador el título solo se reconoce físicamente y no queda recogido en ningún registro mercantil.
De igual manera, las acciones al portador pueden inducir al pensamiento de que son una manera informal de representar las acciones de una compañía, lo cual puede generar la desconfianza dada la naturaleza y el contexto de los mercados de valores. Por este motivo, son bastantes las empresas (e incluso los países) en los que no se suelen emitir este tipo de acciones con el fin de garantizar la formalidad y la seguridad en la transmisión de los títulos.
En comparación con otros tipos de acciones, es cierto que las acciones al portador presentan varias ventajas o beneficios destacables, las cuales son la motivación para que muchas empresas emitan valores de este tipo:
Pese a que las ventajas pueden hacerlas parecer una opción muy interesante, la realidad es que, con el paso de los años, este tipo de títulos se han enfrentado a muchos problemas y restricciones por parte de las entidades y el Estado, dadas las características de las propias acciones. Por este motivo, existen ciertos inconvenientes a la hora de poseer (y emitir) acciones al portador, tanto para empresas como para propietarios:
Hemos visto que las acciones al portador presentan ciertos beneficios a los propietarios y a las empresas que la emiten, pero es cierto que los bancos y las autoridades ponen cada vez más restricciones a la hora de limitar sus características, dadas las prácticas ilegales a las que estas pueden conducir.
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