La palabra empowerment se traduce en Castellano como empoderamiento: según el Diccionario de la RAE empoderar significa “dar a alguien autoridad, influencia o conocimiento para hacer algo”.
Aplicado al personal laboral de la empresa, el empoderamiento consiste en delegar, asignar responsabilidades y dar autonomía de decisión al trabajador que es competente dentro de sus funciones.
Si los directivos que son superiores jerárquicos del trabajador son los que deciden sobre todos los aspectos de la actividad el trabajador se sentirá frustrado y minusvalorado, comenzará a pensar que no es parte del equipo.
Tradicionalmente el departamento de Recursos Humanos se ocupaba, sólo, de seleccionar y contratar al personal.
Hoy en día se han implementado nuevas técnicas de gestión del equipo humano de la empresa y se habla de equipo, de colaboradores como el activo intangible más importante de la empresa.
A la luz de ésto, podemos ver cuatro maneras de afrontar la relación entre dirección y trabajadores:
El empoderamiento de los trabajadores supone un mucho mejor ambiente de trabajo no sólo para los propios trabajadores, también para la dirección o gerencia de la empresa que va a estar mucho más tranquila pensando que el trabajo se va a realizar de forma correcta.
En nuestros días es mucho más importante que antes el talento humano: antes las empresas competían en nuevos mercados emergentes.
Hoy en día es necesario que todo el personal esté capacitado y preparado para responder a necesidades cambiantes y cada vez con más rapidez. Esto hace imprescindible el empoderamiento.
Además, la satisfacción laboral del trabajador es una meta a conseguir porque produce un mucho mejor resultado en la actividad de ese trabajador y un mejor clima en la empresa.
Así, el empoderamiento fortalece a los trabajadores que serán capaces y sabrán hacer las cosas, participando de una manera mucho más activa y siendo responsables del resultado de su trabajo.
Una dificultad muy importante para el empoderamiento es que es necesario que el jefe confíe en el trabajador.
Normalmente se comienza dando unos primeros pasos que van dando resultados, es decir, según el trabajador va adoptando decisiones y realizando mejor su tarea sus superiores estarán mucho más tranquilos y confiados y ampliarán este ámbito de actuación.
El trabajador empoderado siente su protagonismo personal, pudiendo tomar iniciativas y hacer aportaciones creativas a su labor.
Ésto va a suponer un mayor crecimiento personal del trabajador que estará mucho mejor haciendo su trabajo.
Hablamos, por tanto, de un liderazgo compartido entre todo el personal que trabaja en la organización.
Cuando se consigue trabajar así, al poder tomar decisiones sobre la actividad, el trabajador se siente como algo integrante de la empresa, como un socio, la empresa es algo suyo y los resultados que tenga, tanto en su trabajo como en general, le importan.
Son dos conceptos que están íntimamente vinculados entre sí.
Es el líder quién tiene la responsabilidad de delegar y fortalecer el perfil y las competencias del trabajador, siendo necesario que los trabajadores tengan, a su vez, confianza en el líder que les va a motivar y orientar para alcanzar los resultados que se pretenden.
Fundamental es el conocer bien al personal laboral y, desde luego, acertar primero en su proceso de selección.
La capacidad de realizar un buen trabajo está íntimamente relacionada con las características de las personas, su formación y habilidades.
Los requisitos para que una persona sea considerada competente son su saber, su saber hacer y su saber estar (o convivir).
Podemos clasificar las competencias de un trabajador en:
Geolit, Parque Científico y Tecnológico
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Mengíbar · Jaén
Centralita: 953 22 79 33
Comercial: 953 21 41 00