Se entiende por mecanización al proceso mediante el cual las máquinas ayudan al trabajo humano o manual, reemplazando total o parcialmente dicho trabajo. La mecanización comprende la inclusión de procedimientos que utilizan determinada instrumentación para, en último término, sacar más partido de los recursos disponibles y aumentar la productividad.
La mecanización es un proceso que conlleva la implantación de máquinas para la realización de algún trabajo que tradicionalmente haya sido acometido exclusivamente mediante la fuerza del hombre o con la ayuda de los animales.
La mecanización también conlleva la utilización de herramientas más o menos avanzadas que ayuden al hombre a realizar algún trabajo. En resumidas cuentas, se trata de cualquier apoyo mecánico a las tareas manuales en aras de aumentar la productividad y profesionalizar el trabajo.
Analizando la historia de la humanidad, se observan los primeros indicios de mecanización de trabajos manuales con el invento de la rueda, hacia el año 3500 a. C. Este fue el primer paso que dio el hombre para, utilizando algún instrumento a su alcance, transportar mercancías en menos tiempo y pudiendo recorrer distancias más largas.
Hacia el 230 a. C., Arquímedes inventó la polea compuesta, un sistema concebido para levantar cargas pesadas con un esfuerzo escaso por parte del hombre. Gracias a la polea compuesta se pudieron levantar edificios y templos aprovechando mucho mejor los recursos disponibles.
Siguiendo la línea temporal, no hubo avances significativos en la mecanización hasta bien entrado el siglo XVIII. La Revolución Industrial supuso el boom de la mecanización, y fue en esa época histórica cuando se sentaron las bases de la mecanización moderna.
Invenciones como el barco de vapor o el ferrocarril supusieron un antes y un después en la historia. Con herramientas como estas, era cuestión de tiempo que el progreso económico llegase a las sociedades que habían apostado por mecanizar sus procesos y trabajos.
La inclusión de elementos mecánicos e instrumentos que ayuden al trabajo manual o lo sustituyan conlleva incrementar el rendimiento en el trabajo, es decir, la capacidad de hacer más trabajo con menos esfuerzo.
Por consiguiente, es factible asumir mayor carga de trabajo si se puede tardar menos tiempo en hacer más cosas. La mecanización contribuye significativamente a mejorar los niveles productivos de quien la adopte.
Mecanizar procesos y trabajos requiere de una inversión inicial en equipamiento e implantación de nuevos procedimientos. Sin embargo, esta inversión retorna rápidamente en proporción directa al uso que se le dé a la mecanización adoptada.
Gracias a la mecanización es posible alcanzar mayores cotas de desarrollo e innovación: se pueden acometer trabajos imposibles hasta el momento y, por lo tanto, se pueden crear cosas que no eran posibles sin la ayuda de máquinas o herramientas específicas.
La consecuencia lógica de esta mejora en el desempeño es la posibilidad de que los trabajadores aporten a la cadena de valor, ya que realizarían trabajos más cualificados y con un aporte mayor que el que puedan dar solo con sus manos.
Aunque todo lo que estamos definiendo sobre la mecanización suene realmente atractivo, no siempre se consiguen los objetivos deseados por unos u otros motivos, y no todas las consecuencias de la mecanización son igualmente deseables. Por ello, vamos a establecer una relación de beneficios e inconvenientes de la mecanización.
Podemos destacar, evidentemente, los siguientes beneficios:
Sin embargo, existen una serie de inconvenientes asociados a la mecanización:
En la historia moderna, la mecanización ha supuesto un punto de inflexión en la generación de riqueza y el progreso de la sociedad. En la actualidad es prácticamente imposible encontrar actividades empresariales exentas de algún tipo de mecanización, por muy abajo que se encuentren en la cadena de valor.
Geolit, Parque Científico y Tecnológico
Edificio Software DELSOL · 23620
Mengíbar · Jaén
Centralita: 953 22 79 33
Comercial: 953 21 41 00