Conflicto de interés
La toma de decisiones, independientemente del ámbito en que nos encontremos, puede resultar muy difícil en ocasiones. Y es que lo mejor es que cuando se toma una decisión se haga con la máxima objetividad, aunque esto resulta especialmente difícil cuando se tienen intereses privados. Es por ello por lo que es bastante habitual que exista un conflicto de intereses en la toma de una decisión.
¿Qué es un conflicto de interés?
Un conflicto de interés es aquella situación en la que se produce una colisión entre las potestades de decisión de un individuo y sus intereses privados. Así pues, este conflicto de interés se traduce en la toma de decisiones no caracterizada por la objetividad, sino que esta está influenciada por los intereses privados del individuo en cuestión.
El conflicto de intereses se pone de manifiesto en aquellas situaciones en las que una persona ha de tomar una decisión. Sin embargo, al existir intereses privados, esta persona no tomará la decisión de forma completamente objetiva, sino que dichos intereses colisionarán con las competencias de decisión que el individuo en cuestión posee.
Los conflictos de intereses tienen especial relevancia en el Derecho Civil, sobre todo en las decisiones que afectan o que son relativas a los menores de edad, quienes, al no tener capacidad suficiente para decidir, han de delegar su capacidad de decisión en aquellas personas que ostentan su patria potestad —los progenitores, normalmente—, su tutela, su guardia o su custodia.
También en financial, donde el conflicto de intereses hace referencia a la situación en que se encuentra un accionista que ejerce una función de responsabilidad dentro de la misma empresa en la que es accionista. En este caso, pueden entrar en conflicto los intereses del accionista y los intereses de la propia empresa.
Tipos de conflictos de interés
Existen diferentes tipos de conflictos de interés. Son los siguientes:
- Conflicto de interés potencial: este tipo de conflicto de interés se produce cuando una persona tiene un interés privado que puede influir en el ámbito profesional, es decir, que desde el cargo que ocupa dicho interés particular podría dar lugar a un conflicto de intereses. Sin embargo, se trata de un conflicto de intereses potencial, es decir, que no existe efectivamente, ya que el individuo en cuestión no se encuentra en la tesitura de tener que tomar decisión alguna.
- Conflicto de interés real: en este caso, la persona tiene un interés particular que afectará a la objetividad con que se ha de tomar cualquier decisión. Sin embargo, y al contrario de lo que ocurre en el conflicto de interés potencial, esta persona sí se ve en la tesitura de tener que tomar decisiones, por lo que estas se verán influenciadas por el interés particular que alberga la persona en cuestión.
- Conflicto de interés aparente: en este caso, la persona no tiene ningún conflicto de interés, sino que lo que ocurre es que es acusado por otro de la existencia de dicho conflicto en la toma de una decisión. Se le denomina aparente porque, una vez se ha comprobado que, efectivamente, no existían intereses particulares que comprometieran la toma de la decisión, queda claro que el conflicto de interés no existe y este solo era aparente.
Conflictos de interés en el ámbito laboral
Los conflictos de intereses se pueden dar en cualquier ámbito, pero son especialmente habituales en el lugar de trabajo, en el que puede adoptar muy diversas formas. Las más normales son las siguientes:
- Un trabajador es al mismo tiempo empleado de una empresa y trabaja por cuenta propia en su propio negocio. Su negocio desarrolla una actividad que compite con la actividad llevada a cabo por la empresa para la que trabaja el trabajador. Sin duda, esta situación crea un conflicto de interés, en tanto que el trabajador tendrá intereses particulares.
- Los conflictos de intereses que se puedan producir entre las empresas que dependan de una cadena de suministro.
Los conflictos de intereses en el trabajo pueden surgir entre diferentes personas:
- Entre empleados: en estos casos, el conflicto es consecuencia de la existencia de una relación tanto personal como profesional entre los trabajadores.
- Entre un empleado y un directivo.
- Entre directivos: en estos casos hay que tener especial cuidado, siendo siempre lo mejor intentar evitar este tipo de conflictos entre directivos, ya que pueden suponer el principio del fin de cualquier empresa. Para ello, se deberán llevar a cabo protocolos de actuación, cláusulas o fórmulas de resolución contemplados en los estatutos de la sociedad.
- Entre socios y directivos: los directivos no pueden obtener un beneficio personal del puesto que ocupan y, además, deben actuar siempre en interés de la empresa. Sin embargo, es normal que surjan conflictos entre socios y directivos.
- Entre empresas: esto ocurre cuando los intereses de empresas que pertenecen al mismo grupo empresarial colisionan.
Sin duda, saber reconocer los conflictos de interés es fundamental para poder atajarlos y poder solucionarlos antes de que el problema resulte irreversible.
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