Consejos para expresarse mejor
Crea tu cuenta ahora y empieza a enviar campañas de email efectivas y profesionales en pocos minutos.
Decía Nietzsche que su ambición era expresar con solo diez frases lo que otros decían en un libro completo. Conocer las claves de la comunicación es esencial para liderar un proyecto empresarial, especialmente la comunicación oral y la capacidad de expresión en público. Aunque pienses que hablar en público no es para ti, lo cierto es que con la práctica notarás grandes mejoras.
Algunos autónomos y empresarios sienten que su incapacidad para expresarse con solvencia y seguridad les impide crecer más y ganar más clientes. Ser un orador locuaz dejando a un lado la timidez es posible, y para ello os mostramos algunos consejos para conseguirlo en este post. Los más importantes son:
Practicar
En todos los aspectos de la vida hay que practicar para mejorar nuestra habilidad, conocimiento o desempeño en algo. Ya sea para un ejercicio de matemáticas o para aprender a hablar en inglés, la práctica es fundamental. Pues igual ocurre con la capacidad de expresarse.
Puedes ensayar cuando estés solo en casa frente a un espejo, donde controlarás tanto tu comunicación verbal como no verbal y detectarás tus propios errores. También puedes practicar con personas de tu familia para que ellos te cuenten sus propias impresiones y los aspectos que debes mejorar.
Huir de la verborrea artificial
Un error habitual en la comunicación es intentar usar vocabulario sofisticado o cultismos que no usas de forma natural en tu día a día. Esto puede no ser beneficioso, ya que te restará naturalidad y cercanía con el otro interlocutor. La confianza y la simplicidad en el lenguaje son más importantes para llegar con empatía a otra persona que utilizar un discurso con palabras rimbombantes.
Domina el tema
Antes de hablar de un tema en concreto es fundamental que te empapes de él para hablar con solvencia del mismo. Cuanto más lo domines más fácil te resultará crear y dirigir una conversación fluida e interesante, lo que además reducirá tus nervios y te permitirá improvisar sobre la marcha. La elocuencia se multiplica cuando sabes realmente de lo que hablas.
Presta atención al lenguaje no verbal
El lenguaje no verbal se compone de gestos, posturas y posiciones de tu propio cuerpo que en conjunto ayuda a reforzar la comunicación verbal. Para ello tienes que mostrarte en una postura firme que transmite seguridad en ti mismo y en lo que cuentas, pero sin parecer un general del ejército. Cuida la postura de la espalda, de tus hombros o el uso que haces de tus propias manos.
Los nervios suelen jugar una mala pasada y puedes terminar haciendo gestos extraños o exagerados con tus manos. Si estás nervioso lo mejor es que dejes las manos quietas sin tocarte zonas como la cara o la cabeza. Solo tienes que usarlas para enfatizar tu mensaje y para transmitir seguridad en lo que cuentas. Si las usas correctamente pueden enlucir tu discurso.
Regla de los 30 segundos
Cuando tienes a varios interlocutores esperando para escucharte es fundamental no aburrirlos y captar su atención desde el primer momento. Para ello es muy conocida en el ámbito de la comunicación la regla de los 30 segundos, que consiste en utilizar anécdotas, preguntas retóricas u otros artificios para captar la atención de los interlocutores en los primeros 30 segundos.
Esto es necesario para que se concentren en lo que cuentas y porque si lo llevas bien preparado puede darte seguridad desde el inicio. También se puede aplicar esta regla justo al final para resumir en 30 segundos de forma clara y sencilla el contenido de tu exposición. Esto ayuda a que retengan las claves más importantes de tu discurso.
Velocidad del habla
Los nervios suelen provocar que hablemos más deprisa de lo normal, mientras que llevar un discurso poco preparado o lleno de dudas provoca que hagas parones con frecuencia. Ni lo uno ni lo otro es recomendable y los expertos recomiendan que es mejor hablar despacio que demasiado rápido.
Si se usa un ritmo dinámico podemos contribuir a que nos entiendan mejor a la vez que mantenemos la atención. Si te cuesta hablar en público es normal que quieras ir rápido para terminar cuanto antes, pero ¿verdad que no es lo mejor para tu negocio?
Cuidar el tono de voz
Hay personas que usan un tono de voz demasiado alto que resulta molesto cuando alguien intenta concentrarse en el mensaje. También hay personas que hablan bajito en público por la timidez. Lo ideal es que uses un tono de voz lo suficientemente alto para que te escuchen bien pero sin causar molestia. Intenta no hablar demasiado alto, ya que pierdes mucho oxígeno y eso te dificultará el habla y te pondrá más nervioso de lo normal.
¿Has tomado nota de estos consejos para expresarte mejor? Ahora solo tienes que ponerlos en práctica para comprobar cómo mejoras tu capacidad de hablar en público con potenciales clientes o inversores para tu empresa.