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Activo diferido

por Software DELSOL

Podemos definir como activo diferido al bien o servicio por el que se haya realizado un pago aun sin haberse disfrutado su uso. El fin de este uso es el de no alterar la realidad contable en cada período de una empresa o de un individuo, pudiendo así adquirir distintos bienes y servicios para ser empleados más adelante y siendo tratados como activos en el patrimonio de la empresa.

¿Para qué se realiza?

Esta práctica se realiza por puro interés contable o financiero, ya que el hecho de realizar estos pagos hará que no tenga ningún efecto sobre las cuentas de un período contable concreto. Esto sucede ya que el uso de estos activos diferidos se traducirá como gastos (se abonan por adelantado y se considera un uso posterior en el tiempo). El uso de dichos activos derivará en lo que consideraremos amortizaciones y depreciaciones, que son pérdidas de valor del bien por el tiempo o por el uso.

Si tenemos una empresa y hacemos acopio de un determinado material o máquinas para poder realizar nuestra actividad con posterioridad, dichos activos serían considerados como activos diferidos en caso de ser usados en ejercicios futuros. Pongamos por ejemplo que tenemos una empresa que confecciona cajas de regalo que contienen diversos productos. Si un día hacemos un pedido de cajas de cartón que usaremos a lo largo de los próximos 5 años, estas se considerarían como un activo diferido pues su uso se dilataría a lo largo de diferentes años y se contabilizaría parte de ellas a pesar de ser usadas en años y ejercicios contables posteriores.

Otro ejemplo sería la póliza del seguro o el alquiler de inmuebles, pues según se produzcan los diferentes pagos periódicos, se tendrá en cuenta el correspondiente gasto contable. Esto también puede verse en el caso de las inversiones o en la compra y venta de valores financieros. Pueden producirse diversas inversiones en un momento dado, aunque con el tiempo se conviertan en una serie de gastos futuros (el más claro ejemplo de esta eventualidad sería el plan de pensiones o la participación en un fondo de inversión). 

Transferencia a gastos

Es muy importante recordar los elementos que componen los activos diferidos que se encuentran en un balance general. No hacerlo puede causar que exista a final de año una gran amortización del saldo de dichos elementos, cosa que normalmente ocurre al auditar las cuentas. Para evitar esto, es recomendable hacer un seguimiento de todos estos activos, asegurándonos de que cuadramos el saldo final de cada período con el saldo de la cuenta que se muestra en el libro mayor, haciendo cualquier ajuste en el saldo de esa cuenta con cargo periódico a gastos si fuese necesario. Un consejo es tener una política contable a partir de la cual todos los gastos que estén por debajo de cierta cantidad se carguen automáticamente a gastos.

Tipos de gastos

Tenemos dos tipos de gastos, los gastos prepagados y aquellos diferidos. En cuanto a los gastos prepagados, se realizan con anticipación y se espera que el bien por el que se ha pagado sea consumido en cuestión de meses, es decir, lo que en contabilidad entendemos como corto plazo. Este gasto aparece inicialmente en el balance como activo circulante (seguros, alquileres, impuestos) y se tratará como tal hasta que se ejecute el beneficio de la compra. A medida que van pasando los meses, la cuenta de gastos prepagados irá disminuyendo por el importe correspondiente hasta que se consuma el precio del alquiler total.

En cambio, los gastos diferidos se consideran activos a largo plazo. Aunque se ejecute el gasto por adelantado, no se espera que el artículo abonado sea consumido por completo dentro del período contable actual, sino hasta transcurrir una serie de períodos. Este tipo de gastos son intangibles (por ejemplo, un seguro de propiedad y accidentes grande que proteja a los activos de una empresa de eventos del futuro).

Diferencia entre activo diferido y pasivo diferido

Es importante tener en cuenta la diferencia que yace entre el activo diferido y el pasivo diferido, pues son conceptos completamente opuestos. Para entenderlo cogeremos como ejemplo el alquiler de una vivienda o un inmueble en su importe total. El activo diferido se creará al abonar al arrendador el importe completo al inicio del período de alquiler, aunque se irán descontando progresivamente los gastos de alquiler por período en el balance contable. Por tanto, para el arrendador dicha cantidad será considerada un pasivo diferido. Sin embargo, si nos ponemos en el lugar del arrendatario, el importe que desembolsa al inicio del período es considerado un activo diferido, pudiéndose descontar los gastos de alquiler periódicos a posteriori.

Consideramos entonces al activo diferido como aquel que es pagado sin planearse su disfrute y uso total hasta periodos contables futuros, pudiéndose tener en cuenta la amortización y depreciación del bien como gastos en la contabilidad empresarial.

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