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Jornada Intensiva y jornada partida

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1 de diciembre de 2020
1 comentarios

La jornada intensiva es aquella en la que el trabajador presta sus servicios durante un día de manera continuada sin una pausa en medio. Lo contrario sería la jornada partida en la que se trabaja en dos tramos horarios con un descanso importante en medio para la comida.

Por ejemplo, en una jornada laboral de ocho horas, sería jornada continua, por ejemplo, la tradicional jornada anglosajona de nueve a cinco mientras que la partida sería la tradicional española, empezar, por ejemplo, a las nueve de la mañana y trabajar hasta las dos de la tarde y, después de comer, volver a trabajar a las cuatro y salir a las siete.

Esta segunda, la jornada partida, es muy habitual en España, en el resto del Mundo Occidental se suele trabajar en jornada intensiva.

Consideramos que el tipo de jornada laboral debería fijarse teniendo en cuenta las necesidades, tanto del trabajador como de la empresa, haciéndolo de la manera más racional posible.

Fijación y regulación legal de la jornada laboral

La jornada laboral de un trabajador será la pactada para sus funciones, normalmente en su Convenio Colectivo. 

La fijación de la jornada como intensiva o partida será la que hayan pactado la empresa y el trabajador, aunque suele estar en muchos casos fijada por la organización que ya tiene la empresa y por el tipo de actividad (por ejemplo, una tienda que abre por la mañana y por la tarde necesita contratar con jornada partida mientras que un trabajo administrativo que no atiende al público puede elegir cualquier tipo de jornada normalmente).

En todo caso esta fijación de duración y tipo de jornada debe respetar una determinados límites que encontramos, además de lo previsto en los convenios colectivos, en el artículo 34 del Estatuto de los Trabajadores.

Entre otras cosas, el trabajador debe poder descansar entre el final de una jornada y el comienzo de la siguiente un mínimo de doce horas además de un descanso mínimo semanal de día y medio que, normalmente, se disfrutará el domingo y la tarde del sábado o la mañana del lunes.

El número de horas diarias de trabajo no será superior a nueve y para los trabajadores menores de diez y ocho años no más de ocho diarias.

Si la jornada diaria es de seis horas o más debe tener en ella el trabajador un tiempo de descanso de un mínimo de quince minutos que computará, además, como tiempo de trabajo efectivo, para trabajadores menores de diez y ocho años este descanso será de un mínimo de treinta minutos para jornadas de más de cuatro horas y media.

Motivos para elegir una jornada continua o partida

Como ya hemos dicho, en España es muy habitual la jornada partida, y lo es porque aquí tenemos la costumbre de hacer la comida principal del día hacia las dos o las tres de la tarde por lo que los trabajadores, sencillamente, salen a comer y luego vuelven al trabajo.

En los demás países de nuestro entorno esto no es así, la comida principal es la cena y los trabajadores prefieren realizar la jornada laboral de una sola vez y llegar a casa a cenar temprano, hacia las seis de la tarde.

La distancia entre el centro de trabajo y el lugar donde habita el trabajador es, aquí, muy importante: si el trabajador vive razonablemente cerca de su trabajo puede ir a comer a casa e, incluso, echarse una siesta antes de volver a trabajar por la tarde. Si no es así el desplazarse a comer a su casa puede no merecer la pena (por ejemplo si tiene dos horas para comer y cada desplazamiento es de media hora, pierde mucho tiempo de descanso). En este segundo caso deberá comer por la zona de su trabajo los habituales menús del día o llevar la comida preparada de su casa. Muchos centros de trabajo tienen comedores para ésto último, con un microondas para calentar la comida.

Podemos deducir de lo que acabamos de decir que la jornada continua es mejor para la conciliación de la vida familiar y laboral ya que el trabajador tiene más tiempo para estar en su casa con los suyos al llegar antes todos los días.

Además supone, para el trabajador, un ahorro de dinero y de tiempo ya que se evita dos desplazamientos diarios y deja de comer en el trabajo para hacerlo por la tarde en casa.

También es buena la jornada continua para el país y su economía: al tener más y mejor tiempo libre el trabajador puede realizar otras actividades como colaborar de voluntario, ir a un gimnasio o, sencillamente, ir al cine. Todo esto supone un impulso para la economía.

La jornada continua de verano o los viernes

En España muchos centros de trabajo, sobre todo oficinas, tienen un régimen de jornada partida pero lo cambian al de jornada continua durante los meses de verano (por ejemplo durante julio y agosto), para que el trabajador pueda aprovechar la luz y realizar otras actividades.

Ésto se puede dar por costumbre, porque así lo disponga el Convenio Colectivo o por pacto entre el trabajador y la empresa (o entre el comité de empresa y la empresa).

También puede ser, en este caso, que durante estos meses de verano la jornada sea de menos horas y el resto del año de más horas. El Estatuto de los Trabajadores permite esto al decir que se puede establecer una jornada irregular compensando unos días por otros (en el mismo artículo 34 que hemos visto más arriba). 

De la misma manera también es muy habitual que se trabaje en jornada partida de lunes a jueves y que los viernes trabaje solo por la mañana o en jornada continua para salir antes del trabajo. En este caso no hablamos de distribución irregular porque todas las semanas son iguales.

Ambos sistemas (el de verano y el de los viernes) pueden ser aplicados conjuntamente y son compatibles.

Comentarios ( 1 )
  • Rocío
    2022-10-17 18:30:37
    Se podría solicitar una jornada semanal de 2 días con jornada intensiva y 3 partida?