En un mundo estresante en el que apenas logramos desconectar del trabajo y descansar nuestra mente se hace muy necesario encontrar prácticas que ayuden a conseguirlo dentro de unos hábitos saludables. En las últimas décadas se ha ido extendiendo en la cultura occidental algo propio del continente asiático: la meditación.
Esta práctica con milenios de antigüedad en la zona reporta numerosos beneficios a nivel mental, a nivel emocional y a nivel psicológico. Es cada vez más practicada debido a que ayuda a calmar la mente y a reducir el estrés o la ansiedad del día a día. Con la práctica de la meditación de forma regular se logra mejorar la calidad de vida, aunque en los inicios parezca un poco complicado. Y es que aunque no haya que hacer un gran esfuerzo a nivel físico si requiere de disciplina y concentración.
Pero, ¿cuáles son los principales beneficios de practicar la meditación? Se pueden contar por decenas los beneficios de esta práctica milenaria, pero si hubiera que resumirlos encontramos los que se muestran a continuación:
Es por todos estos beneficios por lo que la meditación ha sido incluida dentro de terapias psicológicas profesionales y cada vez son más las empresas, colegios y organizaciones deportivas las que cuentan con terapias de meditación para sus miembros. Es una práctica que se ha ido ganando el reconocimiento y el respeto de todo tipo de profesionales de la psicología y en muchas empresas hay sesiones de meditación planeadas para los empleados, ya que mejora su salud mental, aumenta su rendimiento en el trabajo, disminuye el estrés y estimula su creatividad.
Un conjunto de beneficios realmente positivos y muy útiles para el inquietante ritmo de vida que llevamos en la actualidad.
Para meditar correctamente cada persona necesita de un momento diferente y de una postura que le aporte comodidad para alcanzar el estado mental necesario. En cualquier caso, como norma general resulta necesario seguir los pasos que se muestran a continuación:
Para practicar la meditación es necesario estar relajado en un lugar en el que nadie nos moleste ni haya interrupciones constantes. Un lugar tranquilo para la meditación puede ser una habitación del hogar familiar, el jardín, zonas boscosas o zonas próximas al agua, como la orilla del mar o de los ríos.
Una vez encontrado el sitio perfecto para la meditación es fundamental usar una vestimenta que sea cómoda, quedarse descalzo y olvidarse del reloj u otros complementos que nos desconcentren. De igual forma, hay que encontrar la postura correcta para practicar la meditación.
Para ello lo más común es sentarse en el suelo con la espalda recta, relajar brazos y hombros y respirar hondo. Sin darnos cuenta encontraremos la postura más adecuada, aunque también es cierto de que si de este modo resulta imposible también es posible meditar sentado en una silla o de rodillas.
Para empezar el proceso de meditación hay que centrarse en un objeto determinado o en la propia respiración con los ojos cerrados. Esto es fundamental para lograr concentrarse y es lo más aconsejable para principiantes. Meditadores más experimentados podrán centrarse en los sonidos o en el conocido como “escáner corporal”.
Algo muy normal antes de empezar es creer que tenemos que dejar la mente en blanco. Lo cierto es que no es así, ya que la meditación se basa en la aceptación de los pensamientos, las sensaciones corporales y las emociones de la persona, por lo que no hay que intentar modificarlos ni eliminarlos, tan solo observarlos sin juzgarlos.
Una vez aceptados los pensamientos volvemos a concentrarnos en el paso anterior, ya sea en la respiración o en un objeto.
La meditación es muy beneficiosa pero hay que tener una cierta constancia en ella. Por ello es conveniente ir progresando poco a poco aumentando el tiempo dedicado a la misma. Podemos empezar por meditaciones muy breves de apenas un minuto e ir aumentando hasta alcanzar los 20 o 30 minutos diarios. Una vez alcanzado este nivel es cuando experimentaremos los grandes beneficios de esta práctica milenaria que está ayudando a millones de personas en todo el mundo a gestionar de forma más adecuada su vida diaria y a combatir el estrés y la ansiedad.
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