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Principios contables

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14 de septiembre de 2020

Los principios contables son seis normas contables de buenas prácticas establecidas en el Plan General Contable. Estas reglas son llamadas Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados (PCGA) y es de vital importancia conocerlas para realizar una contabilidad verídica y homologable.

A lo largo de este artículo conoceremos cada una de ellas: devengo, uniformidad, prudencia, no compensación, importancia relativa y empresa en funcionamiento. De modo que puedas empezar a usarlas en tus decisiones contables con conocimiento.

Qué son los principios contables y por qué son importantes

Los principios contables son un conjunto de normas que cualquier negocio debe seguir en su contabilidad. Su principal objetivo es garantizar un marco seguro y fiable en el que las cuentas de todas las empresas reflejen una “imagen fiel” de la realidad.

De hecho, si no existieran estos principios, sería difícil poder comparar resultados financieros de múltiples organizaciones y empresas. La clave de la unificación de criterios que el Plan General Contable persigue se encuentra en estos seis principios fundamentales. Son la base de toda buena praxis contable y es indispensable que cualquier administrador los conozca.

Si la finalidad de toda contabilidad es mostrar la realidad económica objetiva de una entidad, los seis principios contables se aseguran que todas las empresas entiendan del mismo modo los criterios para obtener una “imagen fiel” contable.

Y sí, la aplicación de estas normas es obligatoria. Por lo que ante una inspección deberás asegurarte que no has infringido ninguna de ellas.

Principio del devengo

El primero de los principios y el más importante es el principio de devengo.

El principio del devengo indica que toda transacción o movimiento económico se registrará en la contabilidad en cuanto ocurra. Su cantidad deberá imputarse al ejercicio en el que se produzca independientemente de cuándo se realice el pago o cobro.

Por ejemplo, si se realiza una compra el 31 de diciembre, la factura debe registrarse en el ejercicio de este año, aunque no se efectúe el pago hasta 60 días. El cobro o pago de una factura es independiente a la fecha de registro de un ingreso o gasto. El registro contable siempre depende de la emisión de la factura, nunca del pago o cobro de la misma.

Principio de prudencia

El principio del devengo va seguido del principio de prudencia. Aunque algunos puedan entenderlos como contradictorios, no es de ninguna manera así.

El principio de prudencia dice que, en situación de incertidumbre, una empresa debe registrar una transacción de ingreso o ganancia una vez sea efectuada con éxito, esperando en todo momento a su confirmación final. Sin embargo, deberá registrar cualquier gasto o pérdida en cuanto sea conocida.

El objetivo de este principio es restringir los asientos de ingresos a su efectuación completa, a la vez que insta a ser precavido en el registro de gastos o pérdidas. O sea que, en circunstancias inciertas, la empresa deberá siempre situarse en el peor de los escenarios

De este modo, la contabilidad se guía siempre por un criterio de prudencia, evitando señalar un beneficio irreal y siendo más proclive a declarar el escenario menos optimista.

Principio de no compensación

El tercero de los principios es el principio de no compensación. En esta regla, el Plan General Contable nos indica que, salvo excepciones normativas, las partidas de haber y deber, activo y pasivo o gastos e ingresos nunca deberán ser compensadas entre sí.

Este es uno de los principios más básicos de la contabilidad que todo administrador o empresario conoce, pero que a la vez genera muchas dudas entre estudiantes y personas inexpertas.

En la contabilidad se deben mostrar todas las operaciones producidas, independientemente que se pudieran restar entre ellas antes de registrarse. Por ejemplo, bajo este principio se obliga a registrar tanto los ingresos que una cuenta corriente pueda generar con intereses, como sus gastos de mantenimiento. Siempre por separado y sin calcular la diferencia.

Principio de uniformidad

El principio de uniformidad es uno de los principios contables más desconocidos, pero no por ello de menor relevancia.

Esta regla nos obliga a contabilizar bajo los mismos criterios el registro contable en su totalidad. En aplicación de este principio, una empresa debe mantener en el tiempo y con igualdad los criterios de valoración de sus elementos patrimoniales.

Por ejemplo, si se aplica una modificación al sistema de contabilidad de existencias de un tipo de producto, deberá siempre hacerse lo mismo con todos los otros productos. Debe existir univocidad en la interpretación valorativa de activos, pasivos, ingresos y gastos.

Principio de empresa en funcionamiento

El principio de empresa en funcionamiento, tal como indica su nombre, establece que la naturaleza de una empresa es la de pervivir en el tiempo.

De acuerdo con este principio, la constitución de una entidad legal conlleva que los constituyentes tienen la voluntad de mantener la actividad durante 12 meses, como mínimo. Cualquier negocio que persiga la obtención de beneficios y la supervivencia a lo largo del tiempo está en cumplimiento de este principio contable.

Principio de importancia relativa

Finalmente, el Plan General Contable deja abierta a la interpretación diversa de uno de sus principios más cruciales. El principio de importancia relativa indica que, ante consecuencias insignificantes, se puede optar por la no aplicación de alguno de estos principios y de la normativa contable.

Sin embargo, el concepto de “importancia relativa” está estrictamente ligado a que, tanto cuantitativa como cualitativamente, las consecuencias de la no aplicación de un principio sean mínimas; importe pequeño e irrelevancia inmaterial.

En definitiva, los principios contables son seis reglas obligatorias para cualquier empresa. Su cumplimiento es normativo y es importante conocer en detalle el porqué de su naturaleza. Sin embargo, siempre hay margen para que se pueda optar por la no aplicación en casos excepcionales. Sea como sea, el primer paso es conocerlos y empezar a aplicarlos en tu contabilidad.