Interés legal del dinero 2018

El interés legal del dinero es un índice de referencia que se aprueba y publica, cada año, en la Ley de Presupuestos Generales del Estado.
¿Cuál es el interés legal de 2018?
Como hemos dicho, lo fija la Ley de Presupuestos Generales de cada año. En el año 2017 se fijó en el 3% y en el proyecto de Presupuestos para 2018 que ya ha sido aprobado por el Congreso y que está pendiente de aprobación en el senado se mantiene en el 3%; así que, pase lo que pase, este año está fijado en el 3%.
Este índice convive con otros que están configurados de forma similar y tienen propósitos parecidos, como los tipos de interés interbancario que fija el Banco Central Europeo o el Euribor que es el tipo medio de los préstamos de los bancos en Europa en determinado periodo y que se publica todos los días.
Aunque la fijación en presupuestos del interés legal es una decisión política del gobierno y de las Cortes Generales, esta fijación no se hace en el vacío, tiene en cuenta estos y otros indicadores económicos, así como otros datos tomados en cuenta para la gestión de la política económica del Estado.
Para qué y cómo se utiliza el tipo de interés legal
En su origen, el interés legal del dinero surge para el caso de que el pago de una deuda ordinaria no se realice en su plazo y el deudor incurra en mora según las condiciones del Código Civil, en este caso el mismo Código Civil prevé, en su artículo 1108 que si la obligación consistiere en el pago de una cantidad de dinero, y el deudor incurriere en mora, la indemnización de daños y perjuicios, no habiendo pacto en contrario, consistirá en el pago de los intereses convenidos, y a falta de convenio, en el interés legal.
Para que exista mora en una operación no comercial debe haber vencido el plazo de pago y haberse requerido de pago de manera fehaciente al deudor salvo que el momento de pago sea una condición esencial del contrato.
Por lo tanto, el deudor moroso no sólo tendrá que pagar el total de su deuda sino también el porcentaje aprobado como interés legal del año en que nos encontremos.
El tipo de interés legal se publica en formato anual por lo que, si nos estamos refiriendo a periodos de tiempo inferiores a un año, habrá que calcular la parte proporcional de ese periodo y sin son periodos superiores a un año también: está prohibido utilizar la fórmula del interés compuesto en la aplicación del interés legal por lo que deberemos aplicar los intereses de cada año natural y de los periodos, al principio y al final, menores de un año de manera proporcional.
Esta prohibición surge del llamado anatocismo de intereses por el que no se pueden cargar intereses sobre los intereses ya cargados; aunque si pueden cargarse intereses sobre intereses cuando ya se han reclamado esos intereses base de cálculo en una demanda judicial (art. 1109 del Código Civil).
Como hemos visto en la definición del principio, el tipo de interés legal se aplica solamente en el caso de que no exista ya un pacto expreso sobre los intereses a aplicar.
Por ejemplo, si en un contrato (de cualquier tipo) me comprometo a pagar determinada cantidad en determinada fecha y se estipula, en tal contrato, que en caso de impago se generará un interés del 10%, los intereses que tendré que pagar serán por ese porcentaje. Pero si el contrato no establece ningún tipo de interés para este caso es cuando entra en juego el interés legal del dinero. También podría ocurrir que, en lugar de aplicar un tipo de interés, se haga referencia a otros indicadores económicos como la inflación; en esto rige el principio de libertad de pactos.
Sin embargo, el interés legal del dinero no se aplica en la morosidad en los créditos comerciales ya que la Ley de prevención de la morosidad en estos créditos (Ley 3/2004) establece un interés diferente, el aplicado para operaciones del Banco Central Europeo según publicación periódica, de esta referencia, por el Banco de España.
Existen, además, otros casos en los que se aplica el interés legal del dinero; para empezar, puede ser utilizado como referencia en todo tipo de contratos en los que, pura o simplemente o sumándole o restándole porcentajes del porcentaje, por ejemplo, lo aplicamos para el cálculo de intereses que se van generando por cualquier causa.
Esto también se utiliza en determinados contratos bancarios donde se fija el interés de demora del pago de los recibos con referencia al interés legal incrementado en determinado porcentaje o en determinados puntos porcentuales.
La legislación tributaria fija los intereses de demora en el pago de tributos en el interés legal incrementado en un 25%; este interés de demora se aplica en los retrasos previstos en el art. 26 de la Ley General Tributaria.
También es el tipo de interés que se aplica contra la AEAT en el caso de que no realice, dentro del plazo, la devolución del IRPF que es de seis meses desde que termina el periodo voluntario de pago.