Mente horizontal y mente vertical ¿Qué son?

En el mundo de la empresa y de los emprendedores la teoría de la mente horizontal y mente vertical se refiere a cómo se encaran los nuevos proyectos y qué rendimiento obtenemos de ellos.
Cuando el emprendedor comienza una nueva aventura empresarial primero piensa lo que va a hacer, comprueba que tiene los medios necesarios para hacerlo y que está dentro de sus posibilidades y pone en práctica esta actividad: realiza las inversiones económicas necesarias, le dedica sus recursos, su tiempo, el de sus trabajadores, los medios materiales de que dispone y, en el camino de conseguir el éxito en la tarea, se va a encontrar obstáculos, dificultades o problemas de todo tipo que va a ir solventando, normalmente con su esfuerzo. En determinado momento el nuevo negocio empieza a funcionar y a dar resultados positivos.
Las personas que ven lo que el emprendedor ha hecho y que ha conseguido que el negocio funcione le van a felicitar, le dirán: “muy bien, lo has conseguido y, ahora ¿qué nuevo proyecto vas a comenzar?”.
Y esta pregunta es un error; para explicar la diferencia entre mente horizontal y vertical siempre se pone el mismo ejemplo, y nosotros también vamos a utilizarlo:
Si una persona tiene un terreno en el que sospecha que se puede encontrar petróleo y decide ponerse a buscarlo tendrá que cavar uno o varios agujeros en el suelo.
Si comienza a cavar un agujero, sigue con esfuerzo cada vez más abajo, encontrando obstáculos, dificultades y problemas que soluciona con su esfuerzo y llega un momento en que encuentra petróleo, ha tenido éxito.
Es posible que el yacimiento de petróleo que tiene bajo los pies tenga miles de toneladas de petróleo. Si ha tenido éxito no puede limitarse extraer una tonelada de petróleo y pensar “muy bien, lo he conseguido, vamos a por un nuevo proyecto” y ponerse a excavar otro hoyo diferente, sería algo bastante tonto; esto es el pensamiento horizontal.
Lo que debe hacer es seguir ahondando, excavando en el mismo agujero que ya ha hecho y con el que le ha ido bien para seguir extrayendo petróleo de ese mismo agujero (esto es la mente vertical), en lugar de emprender nuevos agujeros.
De esta manera no sólo habrá tenido éxito sino que obtendrá muchos mejores rendimientos con mucho menos esfuerzo porque, una vez que ya ha llegado a donde está el petróleo, el coste de seguir ahondando será proporcionalmente menor y todo será más fácil y producirá mucho más fruto.
Aprovechar el éxito
La conclusión es clara: si comenzamos un negocio, ponemos los medios y el esfuerzo necesarios y obtenemos buenos resultados lo que debemos hacer es perseverar en ese mismo negocio para seguir obteniendo resultados y cuidarlo y ocuparnos de él, con lo que nuestros rendimientos económicos serán mucho mayores con mucho menos esfuerzo e inversión, porque el esfuerzo mayor ya lo hemos hecho al principio.
No tiene sentido tener éxito en algo que emprendemos y, sólo porque hemos tenido éxito, decidir emprender algo diferente y no aprovechar lo que ya hemos conseguido.
Sin embargo, las personas, solemos planteárnoslo de manera horizontal y es un error.