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¿Cómo negociar el salario?

¿Cómo negociar el salario?
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La pregunta de cómo negociar el salario se nos puede plantear al comenzar una nueva relación laboral con una empresa o, también, cuando ya estamos trabajando en ella y consideramos que ha llegado el momento de pedir mejor sueldo.

El salario base

Lo primero que tenemos que tener claro es que hay unos límites por debajo del salario que nos corresponde que están fijados en el convenio colectivo que se aplique a nuestra actividad.

El primer límite es el salario mínimo interprofesional, previsto por el artículo 27 del Estatuto de los Trabajadores y que es el que se fije cada año en una norma legal, habitualmente en la Ley de Presupuestos del Estado.

El segundo límite son las retribuciones fijadas en el convenio colectivo aplicable a nuestra actividad; el convenio es el resultado de una negociación colectiva entre los empresarios y los representantes de los trabajadores del sector y establece el sueldo que debe cobrar cada trabajador según su categoría profesional, fijando un salario base y unos complementos salariales que dependen del tipo de actividad (como penosidad, nocturnidad, transporte, etc.). Este sueldo fijado por el convenio es un mínimo obligatorio y el trabajador no puede cobrar menos.

Pero empresa y trabajador si pueden pactar un sueldo superior; en este caso hablamos de una mejora salarial y deberá pactarse también si dicha mejora es:

 

  • Absorbible lo que significa que no se subirá el sueldo mientras esté por encima del mínimo previsto por el convenio cuando aumente este último (de año en año), aunque si se pueden seguirse pactando (la empresa y el trabajador individualmente) subidas en dicha mejora, pero es más difícil.
  • No absorbible en dónde la mejora sigue aplicándose y, además, se aplican las subidas del convenio.

Nuestra situación personal

Un factor muy importante si estamos pensando en reclamar una mejora de nuestro sueldo es saber en qué posición estamos para hacerlo y hasta dónde podemos llegar, es decir, tener los pies en el suelo.

Si estamos en el paro sin cobrar ningún tipo de prestación y nos postulamos para un puesto de trabajo en un proceso de selección junto con otras personas, la realidad es que no vamos a tener mucha fuerza para exigir una mejora sobre el salario que está ofertando la empresa, salvo que tuviéramos unas credenciales impresionantes que nos permitan ofrecer algo mucho mejor que los demás candidatos.

Cosa diferente es cuando estamos negociando iniciar una relación laboral con una empresa y ya estamos trabajando en otra, ahí nuestra posición es mucho más fuerte porque tenemos las espaldas cubiertas.

En cuanto a renegociar el sueldo si ya llevamos algún tiempo trabajando en la empresa, también debemos tener en cuenta nuestra situación: durante el periodo de prueba no debemos intentarlo porque nos pueden echar sin más, cuando ya llevemos un tiempo importante trabajando (al menos, un par de años) ya es otra cosa, ahí podemos plantearlo y ejercer la fuerza que podamos para ello ya con una estabilidad en la empresa.

El salario que nos merecemos

A la hora de ponernos a negociar con la empresa posibles mejoras salariales el factor más importante es que vamos a aportar o qué estamos aportando ya a la empresa.

En primer lugar hablamos de nuestro bagaje personal: nuestros títulos académicos o de Formación Profesional, nuestra experiencia anterior o en la propia empresa, nuestras capacidades y, en general, todo lo que aportamos por nuestras condiciones personales.

En segundo lugar, pero no menos importante, nuestra dedicación al trabajo, el tiempo que dedicamos (o vamos a dedicar), la intensidad, la eficacia, las responsabilidades que asumimos, cómo resolvemos problemas y situaciones y cosas por el estilo.

Está claro que si pedimos una mejora sobre el salario que ya tenemos o el que nos ofrecen al principio esta petición debe estar basada en argumentos sólidos que convenzan a la empresa a acceder a nuestra pretensión porque le conviene, porque compensa lo que aportamos y podemos aportar y porque no quiera que nos vayamos a trabajar a otro sitio.

Cuando no es verdad lo que nos han dicho

El que la persona que presenta un currículum para solicitar trabajo en una empresa engorde un poco las cosas es un clásico, el que ve el curriculum ya cuenta con ello.

Pero los trabajadores no son los únicos que no dicen siempre toda la verdad, es muy frecuente que algunas empresas ofrezcan unas condiciones de trabajo que no son las que luego va a encontrar el trabajador como, por ejemplo, que te digan que si hay que quedarse algún día un poco más esperan que lo hagas y luego resulta que hay que quedarse varias horas (sin cobrarlas) todos los días o cosas por el estilo.

En este caso va a ocurrir que el sueldo que te han ofrecido en la oferta de trabajo no corresponda a las condiciones reales del trabajo.

Esto es una razón muy buena para renegociar el sueldo, siempre que la situación personal del trabajador lo permita según hemos visto más arriba, poniendo en valor las condiciones en las que se está trabajando.